jueves, 2 de octubre de 2008

Reflexiones sobre la "culocracia"- Tomatis


A cielosmágicos, que tanto
reniega con los culos de Tinelli


Después de un par de días de ausencia, vuelvo al ruedo; y esta vez quiero tocar un tema que los medios de comunicación lo exprimieron hasta el cansancio. Me refiero, mis amigos, a la bendita “culocracia”. Dicen los que saben que hoy vivimos bajo el imperio de la “culocracia”, que no es más que el gobierno del culo. El culo manda porque se ha vuelto un objeto de culto, de veneración. Una chica con buen culo, tiene asegurado su futuro; ya no necesita otro trabajo más que exhibir su traste. Su oficio consiste en darse vuelta y mostrar. Eso es todo.
Me cuentan que las mujeres han adoptado por costumbre poner una foto de su culo cada vez que presentan un currículun en alguna empresa. Saben que un culo compacto y bien trabajado, puede más que una licenciatura o un doctorado.
Nos enseñaron en la escuela que según no se qué filosofo, existían tres tipos de gobierno: la aristocracia, la monarquía y la democracia. Lamento decirles a mis queridos profesores, que tendrán que modificar sus clases y agregar una más a estas tres formas de gobierno. Tendrán que decirles a los chicos, que el siglo XXI ha dado a luz un régimen muy particular. Para explicar la etimología de la palabra, los docentes deberán decir que “cracia” significa en griego, “gobierno” y que culo, no hace falta definirlo porque es lo que tenemos debajo de la espalda.
Los diarios, las revistas y los noticieros se han pasado el verano machacando con esto de la “culocracia”. ¡Hasta una conocida revista le ha dado una tapa al tema! De más está aclarar que los periodistas no se han animado a escribir la palabra “culo”. La mayoría de ellos, se ha devanado la cabeza pensando con qué sinónimo reemplazar esta “vulgaridad”. Entonces, leyendo informes, me encuentro con que en vez de decir culo, dicen “cola”, “retaguardia”, “trasero” o “esa parte del cuerpo con forma redondeada”, etc.
Los jefes de redacción de los medios han ordenado a sus súbitos que vayan a pedir opinión a los intelectuales para que nos expliquen por qué nos hemos vuelto obsesivos con el culo. Y claro, ni lerdos ni perezosos, los supuestos analistas culturales han inventado reflexiones de este tipo: “pienso que la exhibición de las partes íntimas del cuerpo humano, denotan una tendencia irrefrenable de la sociedad posmoderna ha identificarse con….” y no se cuántas boludeces más. Puro chamuyo.
Lo cierto, mis amigos lectores, es que hoy el culo manda. Alguien sentenció alguna vez “pienso, luego existo”. Pero actualizada la frase, quedaría “tengo un buen culo, luego existo”.
Este cambio es tan importante en la sociedad que algunos dichos populares ya perdieron el sentido que tenían hasta hace unos años. “Tienes cara de culo” era lo mismo que decir “qué mala cara que tienes”. En cambio ahora, como el culo se ha vuelto un objeto de adoración, “tienes cara de culo” se ha convertido en un verdadero elogio.
La cultura de la “culocracia”, hizo que hasta yo dejara de mirarles la delantera a las mujeres, para observarlas solamente de atrás. Justamente yo que había sido un amante de la Coca Sarli y de sus películas de los 60…. Está claro que hoy la Sarli se cagaría de hambre.
Además, me he encontrado con viejas compañeras de la secundaria, que en su adolescencia y juventud supieron tener un excelente culo, pero como todavía no vivíamos bajo el signo de la “culocracia”, no pudieron convertir en billetes ese don natural. Hoy, estas pobres mujeres se paran de espaldas al espejo, doblan su cuello 180° para mirarse los restos de lo que supo ser un traste duro y parado. Se lamentan, lloran y reniegan porque por nacer en otra época no tuvieron la oportunidad de salir en las tapas de las revistas cholulas.
Por último, quería decirles, que la “culocracia” nos enceguece un poco. No nos permite por ejemplo, imaginar a Luciana Salazar o a Evangelina Anderson con una galopante diarrea de tres días. No, eso no puede ser, nos decimos a nosotros mismos. Es que imaginar esa escena, haría que la “culocracia” pierda todo su encanto. Para corroborar lo que digo, les cuento algo: la otra vez estaba sentado en el bar con mi amigo el turco, y resulta que pasa una mina con un shortcito (de esos que se usan ahora) recontra-ajustado. Confieso que el culo de la mina era majestuoso. El turco se quedó mirando como aturdido, y al rato me preguntó: “che Tomatis, ¿será que van al baño?”.
Hasta la próxima.

1 comentario:

Omar dijo...

La verdad que es toda una realidad y si hermano no podemos negar, hoy un buen culo se consigue un buen puesto de trabajo y otras que sacrifican sus trastes dia y noche para simplemente sentarse a estudiar para tener un tiulo no pueden decir lo mismo, esos culos si que consiguen algo con honradez...viva toda la vida la mujer pasional e inteligente por encima del culo que tenga, no hay como eso...un abrazo santiagueño. Omar