viernes, 23 de octubre de 2009

Chicas y perros-Tomatis


“Tomatis ha muerto”, me dicen que es el comentario de la gente en la calle. “Sí, seguro que le habrá dado un paro cardíaco, de tanto renegar”, dicen los lectores. “Bien hecho por hijo de puta”, agrega algún resentido por ahí. “Era un viejo boludo, ni la hija lo va a extrañar” repiten los giles. Nada que ver. Todavía no les voy a dar con el gusto. Hay Tomatis para rato.
Yo les voy a explicar cómo son las cosas. Cuando uno llega a determinada edad, se coloca más allá del bien y del mal. Quiere vivir tranquilo, fumando un cigarro, estirando las patas, tomándose un buen tiempo para entrar al baño, quedándose en la cama después de despertarse. Esas cosas quiero yo. No quiero que me estén apurando con los horarios de cierre de la revista. El llamado del jefe de redacción diciéndome “dale Tomatis, no seas irresponsable, pasame la nota que ya es hora de mandar a la imprenta”, me tenía podrido. Por eso vuelvo cuando es necesario. Hoy por ejemplo.
Las grandes reflexiones se me vienen a la cabeza por la mañana, cuando estoy sentado en el bar, al lado del ventanal, con aliento de recién levantado y tomando un café cargado. Ahí miro la gente que pasa. Y empecé a ver una imagen repetida: minas lindas que llevan perros chiquitos en sus brazos. Son esos perritos horribles, parecidos al de la Susana Gimenez. Pero algunos son más chiquitos todavía, parecen ratas de laboratorio. Encima son malos, odiosos, mal criados.
Ellas no sólo tienen que invertir fangotes de guita en ponerse tetas y culos de plástico (para no hablar de la cirugía de nariz y las extensiones) sino que ahora se suma el importe de esos bichos feos. Y después que los compran, los gastos siguen: les dan el mejor alimento, los llevan al psicólogo y hasta vi la otra vez que se abrió un ¡centro de estética para canes! No les miento. Yo no podía creer.
Los felicito a los que abrieron ese negocio. Se van a hacer millonarios. Las chicas se van a morir por ir para ahí a ver cuán hermosa la dejan a su mascota. El precio del tratamiento no importa, total, el novio-amante- marido garpa. (Ya sé que me van a acusar de machista, diciéndome “nosotras nos pagamos solitas nuestros caprichos”. Mienten. Son feministas cuando les conviene)
No sé si se habrán dado cuenta, pero los maridos de mujeres conchetas que no trabajan cada vez tienen más exigencias. Antes les daban a sus esposas extensiones de las tarjetas de crédito y con eso solucionaban el problema. Pero los perros no se pueden comprar con tarjeta, se los compra de contado. Y para las cirugías hace falta una muy buena obra social que cubra todas las operaciones. Hoy las mujeres les dan valor a sus respectivas obras sociales de acuerdo a la cobertura de cirugías estéticas que tengan. “Mi obra social me cubre todas las operaciones que quiera hacerme”, escucho que dice una mujer, de esas que se sientan en la mesa de los bares los sábados cerca del mediodía. Ojo, no están hablando de operaciones de vesícula o de apéndice. Eso ni les calienta.
Pero volviendo al tema principal, hay una mina que pasa todos los días por mi casa con su perrito en la mano. Es flaca, alta, esbelta, tiene pelo lacio y se pone pantalones ajustados (pero es tan flaca que le bailan los pantalones); va siempre caminando con el mentón bien arriba, lleva lentes oscuros y una actitud de sobradora. Avanza como diciendo: “miren mi perro, estúpidos”. Lo lleva como un trofeo, presume con su animal. Ella cree que todos le envidian. Cuando pasa al lado mío, el perrito me ladra, y su dueña le dice “callate Matías, ya estamos por llegar a casa”. Boluda total.
Hasta la próxima.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Entrevista a Marcos Aguinis- Esteban b.


“Marcos, lo que más admiro de tu libro es la cantidad enorme de puteadas que te mandás sin decir una sola mala palabra”, le dijo un lector a Marcos Aguinis, haciendo referencia a ¡Pobre Patria Mía!, el ultimo y exitoso libro publicado por el escritor cordobés. Aunque mejor sería llamarlo “panfleto”, como el mismo autor señaló en varias oportunidades. Un panfleto escrito con furia y desilusión, en donde abundan las exclamaciones y las preguntas retóricas. Porque Aguinis está “enojado” con el rumbo que tomó la Argentina desde 1930, porque no le gusta para nada el gobierno de los Kirchner, porque está desencantado de la realidad política actual. Será por todo eso que ¡Pobre Patria Mía! vendió más de 100 mil ejemplares, un número totalmente llamativo en el mercado editorial local. Aunque, a decir verdad, Aguinis está acostumbrado a ser best seller.
De visita por Santiago del Estero y después de dar una conferencia organizada por la Fundación Cultural y la Fundación Hamburgo, el autor de “El atroz encanto de ser argentinos” dialogó con el administrador de este blog. La primera pregunta estuvo relacionada con las palabras que Aguinis pronunció en la presentación de un libro (ver recuadro) en donde dijo que los evasores constituyen “una porción sana del país”* (1).

Se difundieron unas declaraciones suyas en las que usted justificaba de alguna manera la evasión fiscal. ¿Podría contextualizar esas declaraciones?
Aguinis: El origen del tributo es de la Prehistoria. Comienza cuando una tribu, un pueblo o un ejército lograba someter a otro pueblo, y entonces le daban la alternativa de ser degollados o pagar un tributo, y eso fue la técnica que usaron los imperios de la antigüedad, los asirios, los babilonios, después Alejandro Magno y posteriormente el Imperio Romano. Los países pagaban tributos que consistían en enviar barcos, alimentos, animales y otros bienes a cambio de que se les permitiera sobrevivir. Cuando un pueblo se rebelaba y dejaba de pagar los tributos, el centro dominador enviaba sus tropas para volver a someterlos. En los evangelios, a los que recaudaban impuestos se los llamaba publicanos, a los cuales Jesús condenaba de una forma muy dura. Uno de ellos fue Mateo, que después se convirtió en uno de los evangelistas. Y los publicanos en el evangelio están señalados como delincuentes, es decir, cobrar impuesto es ser cómplice del victimario que le roba a la víctima. Más adelante, la civilización fue estableciendo otro tipo de relaciones, más igualitaria y respetuosa, que es el precio. El precio significa que se produce un intercambio en base al valor de un producto generado por el trabajo y la inteligencia. Pero más adelante aun, el impuesto comenzó a tener una significación socialmente más ecuánime.
Como es actualmente…
Aguinis: Claro, es el dinero que recauda un centro de la comunidad para distribuirlo a los sectores más pobres y más desposeídos. Pero evidentemente ese centro tiene el deber de explicitar claramente que cumple con su función, como un gerente que debe rendir cuentas sobre el destino de los dineros que él recibe de la producción de esa empresa. Esto se fue distorsionando al extremo de que en la actualidad, el Estado, que es ese gerente, recibe dinero y no rinde cuentas. Entonces, son tributos que se pagan y que tienen la misma característica de los tributos de la época arcaica, en la cual, el que está en poder del Estado maneja estos fondos de forma arbitraria para eternizarse en el poder. O sea, se considera el dueño de estos fondos. Aquí en Argentina nos encontramos con la realidad de que se viola permanentemente el federalismo, que la coparticipación no se cumple en forma debida, y que todo el país manda el producto de su sudor al puerto, como si viviéramos en un régimen unitario, y desde el puerto se le devuelve en cuentagotas según la obsecuencia de intendentes y gobernadores. Esa es una gran distorsión, yo no digo que haya que eliminar los tributos, sino que los tributos tienen que tener un rol de ecuanimidad y de transparencia, que en la Argentina no existe.
Entonces, dadas las circunstancias de la Argentina, ¿usted hace una defensa de la evasión?
Aguinis: Yo no defiendo la evasión. Yo estoy en contra del incremento abusivo y arbitrario de los impuestos que traban la producción y que le hacen mal a toda la nación.
“¡Pobre Patria Mía!” comienza diciendo: “Fuimos ricos, cultos, educados y decentes”. ¿Hoy qué somos?
Aguinis: Hoy somos lo contrario. Cuando yo me refiero a esos rasgos, hablo de tendencias, no hablo de que todo el mundo haya sido trabajador y decente sino que la tendencia era esa. Y gracias a ella la Argentina pudo convertirse en la séptima u octava economía mundial, tener sueldos más altos que Suiza y que Francia, ser el país más culto de América Latina y recibir millones de inmigrantes que venían con la esperanza de una movilización social acelerada, que realmente se dio. Pero posteriormente se fue dando lo contrario, entonces el ascenso que tuvimos nosotros desde 1853 hasta 1930, se convirtió en un descenso que empieza mas o menos en 1930, con un tiempo de incubación previa, y va declinando hasta ahora, con algunos pequeños intervalos de crecimiento. Yo tomo el periodo de Frondizi, como uno de los cortos periodos de crecimiento.
¿A qué atribuye que la mayoría de sus últimos libros sean best seller?
Aguinis: Me parece que lo que el lector ha descubierto en mis libros es que yo digo lo que pienso. Que eso me lleva a ser políticamente incorrecto, a irritar, a ser desagradable a veces. O a entusiasmar también. Argentina es un país que padece tanto el doble discurso, la mentira, la falsedad, el fraude, que los lectores agradecen eso, que el autor les hable con franqueza. Y yo hago esto porque cuando escribo sé que lo hago para compartir ese texto con otra persona. No escribo para mí, escribo para otro. Si son muchos, mejor. Y con esos otros debo compartir lo que yo siento, de lo contrario se me irían las ganas de escribirlo, porque estaría diciendo algo que es falso, y no me entusiasma a mí mismo.
En la revista Primera Plana decían de usted en la década del ochenta: “Aguinis jamás fue propenso a las grandes declaraciones o a lucrar con la literatura, por el contrario, se contrajo para brindar lo mejor de sí”. ¿Por qué cambió el bajo perfil por una exposición más marcada y por declaraciones altisonantes?
Aguinis: Sigo siendo reticente a las declaraciones, y usted ve cómo le escapo a la prensa, lo que pasa es que me persiguen y me presionan de una manera excesiva para que hable y me involucre. Inclusive, fijesé, el grupo Aurora no es un invento mío sino que es un grupo de personas que quieren crear un espacio de reflexión plural, y la prensa me ha tomado a mí como el centro de eso grupo, y yo colaboro pero no soy el centro ni lo quiero ser.
¿Qué lo une con los miembros del grupo Aurora?
Aguinis: Nos une el común anhelo de desarrollar un espacio de pensamiento crítico, pluralista, constructivo, fraterno, que relance la Argentina hacia el camino que la hizo grande, como volver a establecer entre nosotros un nuevo Acuerdo de San Nicolás; volver a ley, volver al respeto hacia todos los sectores de la sociedad y acercar los hombros y los esfuerzos para objetivos que nos conviertan en un país exitoso. Hoy más bien estamos inclinados a seguir las huellas de los países fracasados, de países que van hacia catástrofes, como es el caso de Venezuela, donde hay cada vez mayor limitación a la libertad de prensa, no han desaparecido los pobres pese a la catarata de petrodólares y hay una confrontación y un odio interno peligrosísimo.
Hablando de libertad de prensa, usted ha señalado en varias ocasiones que este Gobierno intenta amordazar al periodismo. Sin embargo, pocas veces se ha visto a una gestión tan criticada como la de los Kirchner. ¿No hay aquí una contradicción?
Aguinis: Las críticas han existido siempre, lo que ocurre es que ningún gobierno ha atacado tanto a la prensa como éste. Yo participé y trabajé con el gobierno de Raúl Alfonsín, y lo criticaban de practicar la democracia pornográfica, de cometer una serie de delitos que fueron falsos. A Carlos Menem se lo criticaba todo el tiempo y se hablaba de la “farandulización” de la política y se hacían burlas de sus cosas, que digamos que no eran infundadas pero las críticas existían. Pero este gobierno comenzó a dar bofetadas contra el periodismo de una manera completamente inédita. Por ejemplo, jamás se había acusado desde la casa de Gobierno a determinados medios de comunicación y a periodistas con nombre y apellido, como la ha hecho Néstor Kirchner. Esto es inédito en toda la historia. Desde el descubrimiento de América hasta ahora, eso jamás ocurrió. De manera que aquí nos encontramos con un gobierno que es demasiado susceptible y crítico contra la prensa, con el propósito de llevarnos poco a poco hacia la solución chavista, que es ponerle una mordaza a los medios de comunicación.
Muchos colegas suyos lo catalogan como un intelectual de derecha. ¿Qué es actualmente la derecha para usted?
Aguinis: En primer lugar, no soy un intelectual de derecha, porque yo defiendo los valores de la izquierda, que nació defendiendo la libertad, la fraternidad, la igualdad de oportunidades, la justicia, la ecuanimidad. La derechización la han cometido una gran cantidad de países y organizaciones que se llaman de izquierda pero que se han vuelto fascistas, que apoyan dictaduras, la intolerancia, la limitación a la entrada y salida de las personas, las persecuciones y la discriminación.
Entonces, ¿cómo se distinguiría hoy la derecha de la izquierda?
Aguinis: Es una división completamente falsa, que ya no se usa en muchos países. Porque en este momento hay una confusión muy grande. Uno no puede decir ya que Stalin ha sido de izquierda, porque era un hombre muy parecido a Mussolini, y genocida como Hitler. ¿El modelo es Stalin? ¿El modelo es Fidel Castro, que durante más de 60 años ha mantenido a Cuba como una gran Alcatraz en el Caribe? Son categorías arcaicas que se siguen usando como palabras mágicas, pero que en realidad no significan nada, simplemente se usan para descalificar a alguien. Yo me encuentro en este momento con que las declaraciones mías y los libros que publico, no son objeto de una refutación racional, no se refuta lo que yo digo, lo que se trata es de descalificarme, y la palabra mas fácil para descalificarme es decir que soy de derecha, con lo cual se quiere expresar: “este es un loco, un reaccionario, alguien que no merece ser ni siquiera escuchado”. El objetivo es provocar una censura, de modo que al usar esa palabra, quien la está usando lo que hace es esquivar la refutación porque no la tiene. Esta técnica la usó muy bien (Joseph) Goebbels, es el maestro en utilizar esa técnica que es descalificar al interlocutor para no tener que refutarlo. El decía que los judíos son una raza inferior, y entonces le preguntaban, ¿pero Einstein es inferior? ¿Freud es inferior? ¿Marx es inferior? Pero eso él no contestaba.

* (1)En la presentación del libro “Tributación y Servidumbre"‏ de Meir Zylberberg, el escritor Marcos Aguinis dijo: “Este libro de Meir tiene un gran coraje, porque él señala que los evasores, en lugar de ser considerados como actualmente los son, unos delincuentes que deben ser perseguidos, castigados, que deben ir a prisión, en realidad, constituyen una suerte de grito de libertad, una porción sana del país que se rebela en contra de esta injusticia tremenda que padecemos los argentinos, como las injusticias tremendas que padecían los pueblos de la antigüedad. Entonces, los evasores constituyen una suerte de millonaria cantidad de ciudadanos que se están defendiendo del enemigo de la sociedad en que se ha convertido el Estado”.

jueves, 6 de agosto de 2009

El periodismo del futuro- Esteban b


-¿Cree que la escritura de no ficción en formato largo va a ser la salvación del periodismo en la era digital?
-No creo que sea "la salvación" del periodismo, pero mi tesis es que en el futuro el periodismo será en extensiones o muy cortas o muy largas. No habrá términos medios. Tienes noticias instantáneas, titulares, información práctica. Y tienes largas explicaciones sobre cómo es el mundo en que vivimos. Artículos o libros.

Me interesan muchísimo las transformaciones que está viviendo el periodismo en la era digital. Para los lectores es el paraíso: la posibilidad de leer los diarios que se nos antoje (provinciales, nacionales e internacionales), posibilidad de tener un medio propio (un blog) y todo lo podemos hacer sentados al frente de una PC. Para los dueños de los medios es un dolor de cabeza: todavía no saben dónde está el negocio.
Por eso me gustó la nota -recomendada por Maxi Tomas- que El Mercurio le hizo a Robert Boynton, autor de un libro que se titula: El nuevo nuevo periodismo. Seguro que me lo compro.

martes, 21 de julio de 2009

Entrevista a Gerardo Zamora- Revista Noticias (28 de julio de 2009)


Abajo transcribimos la nota que salió en Noticias. Lo que está entre paréntesis son acotaciones nuestras. Esta entrevista nos hizo acordar a la que El Liberal publicó hace unos meses. Je je.

Noticias: ¿Cómo era su relación con Julio Alegre?
Zamora: Éramos correligionarios y amigos. Pero como político me siento avergonzado por estos hechos de corrupción. (Claro, recién te enteraste…)
Noticias: ¿No veía su enriquecimiento?
Zamora: La ciudad es autónoma. Nunca antes hubo denuncias. (Ajá, y los reyes magos y Papá Noel existen. Seguí mejor)
Noticias: ¿Usted le bajó el pulgar cuando cobraba vuelo propio?
Zamora: Estas son especulaciones. La gente sabe quiénes somos y cómo vivimos (Exactamente. Lo sabemos muy pero muy bien)
Noticias: Por eso mismo cuesta creer que estuviera al margen al margen del modo de vida de Alegre
Zamora: Bueno, y la prensa, ¿no lo había visto antes? Yo no voy a salir a defender a nadie ante un hecho (No seas vigilante, sabes que a la prensa la tienes amordazada con la publicidad oficial y no se puede publicar nada que te disguste.)
Noticias: Pero apaña a sus ministros cuestionados…
Zamora: No hay funcionarios míos denunciados (Si, seguro, todos son nenes de pecho).
Noticias: Hay denuncias contra José Emilio Neder y Atilio Chara…
Zamora: No, y en las que hubo fuimos sobreseídos (Obvio, si la Justicia está a tu disposición)
Noticias: La familia del nuevo intendente, Hugo Infante, tiene relaciones comerciales con su gobierno
Zamora: Eso es mentira. Infante es una persona muy humilde. De tenerla no sería ilegal, pero no las tiene (No sería ilegal pero tampoco sería ético. Ya empezaste a defenderlo a tu nuevo pollo en la ciudad. Cuidate de que no te traicione este también)
Noticias: Y su hijo es director de área en el Enrese
Zamora: Si existieran estos negocios, el Tribunal de Cuentas ya habría actuado. (Si, de la misma manera que actuó durante los cuatros años que estuvo Alegre).
Noticias: Zavalía y Cavalotti denunciaron que el Tribunal de Cuentas es adicto al gobierno
Zamora: Sí, querida, pero primero vete a ver quiénes son estos personajes, ¡por favor! (Bueno, uno es tu mentor político, el mismo al que lo venerabas hasta hace unos años. ¿O nos equivocamos?)
Noticias: Hay sospechas de sobrefacturación en la terminal de micros
Zamora: No es así. Al contrario: hemos hecho la mejor terminal de Sudamérica con un presupuesto que no llegó a los 50 millones (¿se cuentan las coimas en ese monto?)
Noticias: Y habría pagado el avión de la gobernación dos millones de dólares más de lo que valía…
Zamora: Mentira. El avión se compró por lo que vale: 8 millones de dólares. Y no hay denuncia por eso (Aflojá ya con las mentiras…)
Noticias: Usado, como lo compró usted, valía unos 6 millones de dólares. Y hay una denuncia de Zavalía ante la Auditoria General de la Nación.
Zamora: Yo estoy tranquilo porque corrupción puede haber en todos lados, pero en mi provincia no hay impunidad (jajajajajajajajajajaja, buenísimo el final, mejor que los cuentos de Fontanarrosa, jajajajajaajaja ).

lunes, 20 de julio de 2009

Amigos virtuales- Esteban b.

Falta poco para que termine este día del amigo, que por lo general es un día propicio para caer en todos los lugares comunes habidos y por haber. Pero aprovecho para saludar a mis amigos virtuales, esos que siempre o de vez en cuando pasan por este espacio: La Dueña, Omar, Silvio, Ricardo, Polycarpo, Cielos Mágicos, Ulises,Mónica. Y también por supuesto a los que nunca firmaron o si lo hicieron, prefirieron no dar sus nombres. La verdad es que los blogs brindan un interesante ambito de discusión y de oferta de propuestas alternativas que nos sirven para hacer más soportables estos tiempos de información restringida y censura deliberada.
Gracias a todos y esperemos que mi pereza no permita que esto se corte. Abrazos.

viernes, 17 de julio de 2009

Monólogos de Julito- Tomatis


Julito, quién lo ve y quién lo verá. Tan inocente. No le caigan a él, no sean así. Malos, no le hagan nana.
Ahora es fácil caerle a Julito, ahora que está encerrado, jugando a la generala con el guardia. Ahora es fácil acordarse y reírse de su cara de felicidad, cuando miraba los fuegos de artificio, esos 25 de julio memorables, cuando su sonrisa se extendía hasta las orejas, cuando “la gilada” le decía “grande Julito, sos lo más”, y él respondía “gracias, no es para tanto, el pueblo se lo merece”.
Ahora es fácil burlarse de Julito, ahora que nadie le atiende al celular, ese celular que antes no sonaba, crujía. Ahora es fácil. No sean desagradecidos, acuérdense de los favores recibidos.
En este momento, que estoy en mi casa, sentado, al pedo, con malestar estomacal después de un poderoso locro, imagino a Julito, sentado también, con los diarios cerca, en su lugar de detención, pensando, reflexionando, renegando y diciendo:
“Giles, les hice la Costanera, para que vayan las noches de verano a tomar coca; para que lleven unas conservadoras con cerveza helada, y se peguen una buena macha. Hasta les puse banquitos cómodos, para que vayan con sus parejas (con sus “conejitas” o “conejitos”) a darles unos besitos y meter mano. Bien que les gustaron las palmeritas. Se las puse para que pensaran que estaban en el Caribe, manga de secos, ustedes que no conocían ni Carlos Paz; se podían sacar fotos con las palmeras detrás y después mandarlas a sus amigos para hacerles creer que estuvieron de vacaciones en el exterior. Les iluminé el lugar, para que vayan con sus familias, a cenar al lado del río. ¿No se acuerdan de eso, traidores de mierda?”
“Giles, muertos, secos, les puse colectivos nuevos, para que no andaran más en esas ratoneras latosas, en las que si uno se raspaba al bajar o subir ahí nomás tenía que ir a ponerse la antitetánica en el Regional. Tenían que viajar del Campo Contreras al centro en esos 16 que largaban más humo que una chimenea. Sepan, cuando viajen en los coches nuevos, que yo se los compré. Pero ustedes no valen niaca”.
“Vieron a Miranda, a Mariano Mores, a ¡Diego Torres!, todo gracias a mí, santiagueños matacos, acostumbrados a ver Los Bony, le di caviar, hijo de p…, y ahora me pagan así. Me criticaban porque decían que les pagábamos mucha guita a esos artistas, pero a la hora de ir al Parque Aguirre, todos iban, todos saltaban y todos cantaban… traidores”.
“Qué mierda se creen, ahora me gritan ladrón, bien que les gustaba cuando los aniversarios de Santiago los divertía con los fuegos artificiales. Cada vez que tirábamos esos cohetes sofisticados que en su vida habían visto antes, todos pero todos, como buenos boludos miraban al cielo diciendo ay, mirá qué lindo”.
“¿Qué pensaban? ¿Que les iba a dar colectivos cero kilómetro y yo iba a andar en un Fiat 600? ¿Que les iba a construir semejante costanera y que yo iba a vivir en el Almirante Brown? ¿Que les iba a organizar festejos (circo, circo, circo) durante un mes entero para después irme de vacaciones a Villa la Punta? ¿Por que no comen kilómetros de bosta, ignorantes?”
“Sí viejo, yo quería ir a Punta del Este ¿y qué? Si Tinelli va todos los veranos a Punta, ¿por qué yo no? ¿Van a decir que no lo merecía? Váyanse a la mierda”.
“Santiagueños resentidos, me matan porque contraté a Cuneo Libarona, ¿y qué esperaban? ¿Que utilice para mi defensa a un abogado recién recibido de la UCSE?”. ¿A alguno de esos pelotuditos que estudian derecho porque los papitos los obligan?”

Retumba la voz de Julito, enfadada, con bronca, que reniega de “la gilada”. El guardia lo escucha, y le dice: “Ya está viejo, ya vendrán tiempos mejores”. Julito le hace fuck you, se levanta y se va a dormir.

sábado, 11 de julio de 2009

Libertad de opresión- Esteban b.


Es curioso que el programa periodístico más importante de la televisión santiagueña se llame "Libertad de Opinión". Un amigo proponía cambiar ese nombre y rebautizarlo como "Libertad de Opresión". Creo que sería un cambio muy atinado.
En realidad hay muchas cosas raras en el periodismo local. Las vivo día a día.
Pero volviendo al programa en cuestión, el martes ocurrió algo muy interesante: una discusión entre Rogelio Llapur (¿el periodista más odiado de la provincia? y el peronista Daniel Milki. Véanla, no se la pierdan.
En un momento el gran Rogelio dice la frase clave: "No quiero debatir eso". Hay muchas cosas que en Santiago no se quieren debatir, y la mejor manera que utilizan los medios de comunicación -coaccionados por el gobierno provincial- para cumplir ese cometido es esconder y tapar la realidad. Los diarios y revistas de Santiago se han vuelto espejitos de colores. Pero confío en que la Caja de Pandora de a poco se vaya abriendo. ¿Iluso?

domingo, 21 de junio de 2009

Sobre el significado de "cultura"- Esteban


"El estudiantillo que sabe un poco de latín y de historia, el abogadillo que ha conseguido arrancar una licenciatura a la desidia y a la irresponsabilidad de los profesores, creerán que son distintos y superiores al mejor obrero especializado, el cual cumple en la vida una tarea bien precisa e indispensable y vale en su actividad cien veces más que esos otros en las suyas. Pero eso no es cultura, sino pedantería: no es inteligencia, sino intelecto, y es justo reaccionar contra ello" (Antonio Gramsci)

sábado, 13 de junio de 2009

El autor oculto- Esteban b.

Hoy se cumple una semana de un artículo tremendo (tremebundo sería mejor) que publicó El Liberal. Su título es "El modelo kirchnerista". No tiene firma (¿será que su oculto autor se averguenza de lo que escribió?). Allí están condensados todos los miedos y los prejuicios que hoy sienten los empresarios ante la posibilidad de que Argentina se convierta en Venezuela, lo cual creo que no resiste el menor análisis. También están reflejados todos los lugares comunes de la derecha más rancia que hoy vuleve a ganar espacio en el país.
Lo leí con miedo y preocuopación. Ahí va sólo uno de sus fragmentos, en donde el articulista se pone en papel de Nostradamus:
"Kirchner, quien sabe que todo esto se vendrá, ya se prepara para culpar de todos estos males que se avecinan a la crisis internacional, y especialmente al 70% de la población que seguramente no votará el próximo 28 de junio, como lo consignan la mayoría de las encuestas. Habrá también estatización, más intervenciones que son un veneno y desaliento retrasado para el sistema de la producción, también emisión espuria pues los saldos de la Anses y de la Afip no podrán hacer frente a los déficits de las provincias, nación y municipios, y a los compromisos que se avecinan en el segundo semestre del año. Habrá aumento del dólar, que si bien puede ser controlado habrá un mercado cambiario paralelo que fijará el valor de los bienes y servicios. Habrá más fuga de capitales y habrá una espiral inflacionaria."
El articulo completo aquí.

viernes, 5 de junio de 2009

Impresentable- Esteban b.


Julio Alegre, intendente de la ciudad de Santiago del Estero, luego que se descubriera una mega-estafa en su municipio, declaró en un acto barrial: "Pongo el municipio en manos de Dios y la virgen". Boludo.

lunes, 1 de junio de 2009

Sietecase- Esteban b.


Reynaldo Sietecase es periodista. Tiene un programa de televisión, junto con Maxi Montenegro, que se llama "Lado Salvaje". También escribe en el diario Crítica de la Argentina. Y además -y esto es lo que más me interesa- es poeta y cuentista. En medio de la jungla de periodistas que creen que estar informados significa leer diez diarios por día, este tipo tiene tiempo -no sé cómo mierda hará- para dedicarse a la poesía. ¡Excelente!.
Si quieren conocer esa otra faceta de Sietecase, lean esta entrevista que le hicieron los muchachos de Eterna Cadencia; y si quieren leer una de sus columnas periodísticas, lean ésta: habla de cómo al oficialismo le molesta mucho -¡demasiado!- que lo corran por izquierda.

jueves, 21 de mayo de 2009

El mejor y el peor de los tiempos-Esteban b.


"La irrupción de la world wide web en el antiguo imperio del periodismo ha provocado incertidumbre y confusión, sin que nadie tenga muy claro si la toma de esta Bastilla debe ser motivo de esperanza o de desesperación. El consenso sólo existe alrededor de una gran contradicción: que vivimos en el mejor de los tiempos para el periodismo y también en el peor".
Se han escrito infinidad de artículos referidos a las tranformaciones del periodismo en la era digital. Pero pocas veces he leído uno tan interesante como el de John Carlin en El País (un fragmento transcribo arriba),que La Nación reprodujo el domingo pasado en el suplemento Enfoques.

domingo, 17 de mayo de 2009

Preguntas imposibles- Esteban b.


El Liberal publicó hoy una extensa entrevista al Dr. Gerardo Zamora, gobernador de la provincia de Santiago del Estero. La entrevista está buenísima. Por momentos, se nota la incomodidad del Gobernador ante los dardos de los periodistas. Pero voy a dar mi modesta opinión: creo que faltaron algunas preguntas, sólo algunas. Son éstas:

1) ¿Por qué pusieron un censor en nuestro diario?
2) ¿Por qué borraron del mapa de los medios de comunicación al senador Emilio Rached, quien fue su vicegobernador en la gestión anterior?
3) ¿Nos podría detallar cuánto creció su patrimonio en estos años? ¿Cómo lo hizo? ¿Y el de sus funcionarios?
4) ¿Cómo maneja el Gobierno la publicidad oficial?
5) ¿Cómo evalúa la poca participación de la ciudadanía en la última elección, en la cual usted fue reelegido?
6) En Santiago circuló un rumor: que una plata que pertenecía a la provincia habría quedado atrapado en unos bancos de Estados Unidos. ¿Podría aclararnos si esta versión tiene algún sustento?
7) ¿Por qué prohíben que candidatos como José Luis Zavalía aparezcan en los medios de comunicación?
8) A un año de la muerte de Dominguez, el empleado de Rentas ¿tiene algo para decir con respecto al escaso avance que tiene este caso en la Justicia?
9) ¿No le parece vergonzosa la legislatura que tenemos, repleta de adulones e incapaces, de personas sin la menor trayectoria política?
10) Usted dice que “las instituciones tienen que estar por encima de los resultados electorales”. ¿Considera que la censura que existe en Santiago ayuda al buen funcionamiento de las instituciones?
11) ¿Qué relación tiene con el actual director de nuestro diario, el Lic. Gustavo Ick? ¿No debería existir una cierta distancia entre el poder político y el poder económico?

viernes, 15 de mayo de 2009

Salud! Hemos vuelto a la Edad Media-Tomatis


Me canso de escuchar a mis amigos que hablan de las bondades del pasado. Anhelan retroceder el tiempo y que las cosas vuelvan a “ser como antes”. En las mesas cercanas a la mía –hablo del bar- los tipos joden con que antes las mujeres eran más respetuosas. Yo les explico mil veces que si antes había menos mujeres que engañaban a sus maridos, no era porque no tuvieran ganas. Las razones eran otras: estaban reprimidas, entiéndalo.
Es raro que alguien de mi edad no sea nostalgioso y no añore su juventud. Lo cierto es que no sólo no añoro el pasado; tampoco tengo predilección por el presente y menos por el futuro. Ya el señor Discépolo escribió sobre este asunto hace mucho tiempo, así que para qué abundar.
Esto viene a cuento de algo. Es que de tanto desear el retroceso del tiempo, lo hemos logrado. ¿Querían volver atrás? Quédense tranquilos, estimados parroquianos, han cumplido su objetivo. No hagan más esfuerzos, prendan sus televisores y lean los diarios y verán que tengo razón
¿Se acuerdan cuando nuestros profesores de historia (por lo general viejas gordas y malas) nos enseñaban que en la Edad Media la peste negra había diezmado las ciudades, que los cuerpos se encontraban hediendo en las calles y que el miedo se apoderaba de todos? Bueno, no quiero ser aguafiestas, pero lamento informarles que no estamos lejos de experimentar en carne propia lo que leíamos en los libros.
Hasta hace poco nos hacíamos los vivos. Mirábamos en la televisión lo que pasaba en los países africanos y sentíamos lástima. Veíamos cómo en esos remotos lugares la gente moría de cualquier enfermedad para la que nosotros -eso creíamos- estábamos inmunizados. Oíamos hablar de influenza, dengue y malaria y nos sentíamos superiores por haber superado todas esas “pestes de antes”, que sólo seguían expandiéndose en países de mierda. Qué boludos, cómo nos equivocamos.
Presten atención las agrupaciones de izquierda lo que voy a decir: ya la lucha no deberá ser contra el poder económico concentrado, contra los organismos internacionales, ni contra el narcotráfico organizado. De vuelta, y como si la historia fuera una cargada, tenemos que luchar contra pestes y virus, que si bien les afecta más a las clases bajas, los privilegiados de las clases altas no están exentos. Digámoslo en pocas palabras: Si los muertos de la Edad Media se despertaran, sentirían que la historia es más o menos parecida.
Qué barbaro, pensábamos que habíamos dominado la naturaleza, que nos habíamos enseñoreado de ella, y resulta que hoy los mosquitos (el dengue) y los chanchos (fiebre porcina) nos ponen contra las cuerdas. Ninguna amenaza nuclear nos hace tener tanto miedo como estos insectos y animales insignificantes.
Mi amigo el turco me preguntaba, mientras tomábamos una cerveza: “Che, Tomatis, ¿volverá la peste negra o la peste bubónica?” Ya está entre nosotros, pelotudo, le respondí.
A los periodistas les digo: ¿querían muertos? ¿Querían sangre? La van a tener en abundancia. ¿Querían psicosis? No falta mucho.
En este momento, mientras escribo a esta columna, veo que sobrevuela en la pantalla de la computadora, un mosquito al que le tengo miedo. Tengo el espiral por ahí cerca así que ni bien ponga punto final a esta columna, lo voy a prender. Pero ya tenemos que ir preparándonos para comprar barbijos. Por eso y por todo lo que les dije antes, estamos en el horno.
Hasta la próxima.

jueves, 7 de mayo de 2009

La historia no se repite- Esteban b.


Nuestro historiador estrella, Felipe Pigna, ha instalado una idea: que la historia, por lo menos en la Argentina, se repite hace cientos de años. Sostiene que el primer desaparecido fue Mariano Moreno, que siempre fuimos corruptos, que la clase dirigente siempre robó. La idea que más se le critica a Pigna, con justa razón, es la permanente vinculación pasado-presente que ensaya en sus libros e intervenciones públicas. Esta recurrente vinculación, por más que sea un interesante gancho para atrapar lectores o televidentes, va en contra de que se llama “pensar históricamente”.
Sobre esto escribe Martín Caparrós en la revista El Malpensante. Ahí va un fragmento:
Es curioso, hacía mucho que no se hablaba tanto de historia en la Argentina, pero esas referencias sirvieron, en general, para lo contrario: para mostrar que, supuestamente, siempre fuimos como somos, que ya éramos corruptos en el siglo XVII, que ya éramos mentirosos en el XIX, que –según sintetizó nuestro filósofo mayor– estamos como estamos porque somos como somos. La historia, la disciplina que muestra que nada es permanente, se transformó en un medio para sostener lo contrario.
“Que es perfectamente insostenible. Una cosa es que no sepamos imaginar los cambios: es cierto que es difícil, que los grandes cambios sociales se producen cada tanto, que son procesos largos, inesperados, generalmente dolorosos –pero siempre suceden–. A menos que se produzca el mayor cambio posible, lo que nunca en la historia del hombre: que todo siga igual. Es muy improbable. Los atenienses de Pericles, tan ilustrados, se habrían reído si alguien les hubiera dicho que el mundo podía funcionar sin esclavos; los franceses de Luis XIV, tan elegantes, no habrían creído que pudiera existir un país sin un rey; los argentinos de Yrigoyen, tan orgullosos, habrían escupido si alguien les hubiera dicho que algún día iríamos a la rastra de Brasil.

jueves, 30 de abril de 2009

Para leer la coyuntura- Esteban b.

Una página que recomiendo fervientemente es artepolítica.com. Escriben allí kirchneristas fervorosos, moderados y escépticos. Pero kirchneristas al fin. Ojo, no es un oficialismo ramplón, al estilo de algunos diputados impresentables.
Pero más que los artículos de la gente de artepolitica (María Esperanza, Escriba, Mendieta, Balvanera, etc), quiero recomendar una sección de esta página: ap lecturas. Es una selección diaria de artículos que se publican en los principales medios, que los chicos que hacen esta página consideran interesantes. Gracias a ap lecturas ayer leí: un artículo muy bueno sobre los límites de la democratización de la Internet en Página 12, un excelente análisis de la Cumbre de las Américas en El País, una provocación de Osvaldo Bazán titulada "soy gorila" en Crítica, una entrevista a una filóloga que está estudiando los originales de las obras de Alberdi, etc. Esta sección sirve sobre todo, cuando uno no tiene tiempo (o ganas)de buscar sitio por sitio escritos que valgan la pena.
Ya saben, pasen por ahí.

martes, 28 de abril de 2009

Tipos difíciles- Tomatis


Me cansé de decirlo y de señalarlo, pero no hay caso, la gente no me escucha. No se convencen de que si me prestaran más atención, la provincia -¡y hasta el país!- andaría mucho mejor. Hace cuánto que yo venía señalando las miserias del mundo literario, del cual formé parte en mi juventud, y nadie me daba bola. Tuvo que armarse flor de lío con esto de los que van y no van a la Feria del Libro para que alguien dijera: “Tomatis tenía razón”. Siempre tengo razón, entiéndalo de una vez.
Recordando viejas épocas, en otras ocasiones conté mi devoción juvenil por leer los autores que mis amigos de entonces juzgaban imprescindibles. “Tomatis, no podés dejar de leer esto”, me decía un amigo después de tirarme tres tomos de 500 páginas por la cabeza”. Yo, como buen estúpido, me encerraba en mi pieza y tirado en la cama boca abajo, devoraba todos los mamotretos que caían en mis manos. Mi habitación quedaba en la terraza de la casa y, como no tenía ningún split en aquellos tiempos, en verano me caían las gotas de transpiración sobre las hojas de los libros. Pero nada me importaba. No importaba que mi cama estuviera tacuchada de ejemplares hediondos y viejos de autores que habían muerto, por lo menos, hace 500 años. No importaba que por quedarme encerrado leyendo, me perdiera de tomar whisky y café (lo mejor que hay en la vida) en los bares de la plaza. No importaba que las minas que llevaba a mi cuchitril pensaran que las muchas letras me habían vuelto loco. Yo seguía adelante, quería ser un escritor y listo. Por suerte, un buen día me di cuenta de mi camino errado y arranqué para otro lado. Y aquí estoy.
El mundo de los escritores es peor que el de las vedettes. Es más, pienso que debería existir un programa al estilo de Jorge Rial pero sólo para la gente de la “cultura”. Les aseguro que se armarían quilombos más grandes que los de Moria Casán y Graciela Alfano. No haría falta mucho combustible para que se destara el fuego de los egos.
Los artistas en general son gente jodida. Yo sabía tener un amigo que era músico. El tipo pensaba que era el mejor guitarrista del universo y estaba convencido de algo: creía que si su labor no era reconocida en el ámbito musical, no era por su falta de talento sino por la ineptitud de los demás para detectar genios. Hace mucho tiempo que no lo veo y supongo que aún continuará protestando por la miopía de los santiagueños que no lo consideran el mejor de todos.
Algo parecido les pasa a los escritores. Ellos creen que si el público no acude en masa a comprar sus libros, no se debe a que los mismos sean bodrios imposibles de digerir. En realidad, dicen, “los lectores son incultos y no me entienden”. Les encanta eso de ser artistas incomprendidos que vagan por las calles sin un justo reconocimiento. Ellos sueñan con que en la posteridad, algún crítico sabio venga a rescatar del olvido sus numerosas obras. Ahí sí, suspiran, se habrá hecho justicia.
Lamento avisarles, mis queridos ex colegas, que nadie se acordará ni de ustedes ni de sus obras ni de mi dentro de 50 años. Cuando pasemos a mejor vida, sólo quedarán algunas fotos nuestras desperdigadas por ahí y nada más. Yo sé que a ustedes les gusta creer en la trascendencia por medio del arte, pero nada de eso es verdad. Si ya son tipos grandes y como escritores, no los conoce ni su madre, olvídense del éxito. Dedíquense a criticarse unos a otros. A pelear entre ustedes. Si el fracaso se ha enseñoreado de sus almas, por lo menos les queda eso: putearse entre sí.

martes, 21 de abril de 2009

Los francotiradores necesarios- Esteban b.

Éste es un artículo en relación con el debate que se desató en Santiago del Estero luego del dictamen de una Comisión de Lectura, que decidió que de 19 obras, sólo 4 irían a la Feria del libro de Buenos Aires. El Jurado dijo estar preocupado ante la "baja calidad" de los libros presentados.

Hace mucho que pienso que en la vida cultural santiagueña hace falta un Damián Tabarovsky. Para quien no lo conozca, Tabarovsky es un escritor argentino que todos los domingos tiene un espacio (una columna) en el suplemento cultural de Perfil. En 2004 publicó “Literatura de izquierda”, un libro que despertó una interesante polémica que se reflejó en las principales revistas y suplementos culturales del país.
A grandes rasgos, lo que planteaba Tabarovsky era que en la Argentina existían dos lugares desde los cuales se producía la mayor parte de las obras literarias desde 1983 en adelante: el mercado y la academia. Según su visión “el campo literario” argentino estaba “cruzado” y “partido” por esos dos “polos atractores”.
Tabarovsky hacía una especie de llamado a salir de esa perniciosa dualidad, a romper con ese esquema, a tirar abajo el canon establecido, en una operación similar a la que habían llevado a cabo, décadas atrás, autores de la talla de Fogwill, Héctor Libertella, Osvaldo Lamborghini, etc. En un tono sumamente provocativo, Tabarovsky decía: “Mientras que el mercado y la academia escriben a favor de sus convenciones, la literatura que me interesa –la literatura de izquierda- sospecha de toda convención, incluida las propias. No busca inaugurar un nuevo paradigma, sino poner en cuestión la idea misma de paradigma”.
Recapitulando, ¿en qué sentido digo que hace falta un Tabarovsky en Santiago? Hace falta alguien que salga con las tapones de punta, que incite al debate, que se anime a cuestionar lo que nadie cuestiona. Lo que observo es demasiada complacencia, aunque en off de record se diga de todo. Las presentaciones de libros de autores santiagueños se caracterizan por las rosas que los comentaristas le regalan al autor o viceversa. Cuando se publica un texto (sea de literatura, de historia, de política, etc.) que a todas luces es pésimo, no suelo ver a nadie que escriba, aunque sea, una reseña negativa de ese libro. Parece que es mejor callar. Las pocas reseñas que se publican son siempre laudatorias, escritas por lo general por un amigo del autor del libro en cuestión.
A veces envidio las estimulantes discusiones que se promueven en el suplemento literario de La Gaceta de Tucumán. Pongo este ejemplo para hablar sólo de una provincia vecina. Cuando leo esos debates, me pregunto: ¿por qué esas cosas no pasan aquí? No lo sé.
Es raro, pero nuestros intelectuales más preciados prefieren no debatir. O si lo hacen, no se nota. Quizá esa pasividad se deba a las dimensiones pequeñas de nuestra provincia. Todos nos conocemos, por lo tanto, “mejor no lo critico, a ver si después me cruzo con él/ella”. O quizá nuestra naturaleza “pasiva” nos lleva a no buscar la confrontación, ni siquiera aquella confrontación de ideas, por demás saludable.
Por eso es que insito: son necesarios los francotiradores en nuestra cultura. Pienso en tipos como David Viñas, quien tiene una estupenda manera de incitar a la polémica. Y no lo hace con agravios sino con ideas.
Entonces, me dirán, está bien que la Comisión de Lectura haya asumido ese papel de francotirador. Me parece que no lo supo hacer. Me parece que más que incitar al debate, generó una trifulca entre los escritores. Me parece que deberían haber depurado el texto de ciertas consideraciones que era sabido que no iban a caer bien.
Pero cuidado, del otro lado percibí actitudes muy tristes. “Nosotros tenemos que hacer como que no existen”, escuché decir a una escritora de renombre en una reunión reciente, refiriéndose a la Comisión de Lectura. ¿Cómo? ¿Qué pasa? ¿Ahora los literatos van a utilizar el lenguaje futbolístico, del tipo “no existís? ¿Van a hacer lo mismo que los hinchas de Boca y de River? ¿Se van a ningunear unos a otros?
Mejor sería aprovechar esta oportunidad y olvidarse de las frases que pudieron causar enojos. Sería estupendo ponerse a discutir qué se escribe en Santiago; leer la literatura local, porque hablamos mucho de ella, pero la leemos poco; develar qué visiones del mundo (por qué no de la política) se esconde en cada libro que se publica; descubrir cuáles son los modelos literarios de los jóvenes escritores santiagueños; analizar si existe algo parecido a una literatura de “mercado” y una literatura “académica” en nuestras letras. Y sería espectacular que intervengan en ese debate los intelectuales de mayor renombre. Que ellos “ordenen” o “desordenen” la discusión. Seria bueno, por último, que nos saquemos la modorra y los prejuicios de encima y que nos demos cuenta que cuestionar el trabajo de otro no es cuestionar su persona, sino sólo sus ideas, su visión del mundo.

miércoles, 15 de abril de 2009

Periodistas- Tomatis


Es fácil aparecer en los diarios locales, no sé si se habrán dado cuenta. Sí, aunque no me crean, yo les aseguro que es sencillo. Solamente hace falta una condición: ser santiagueño y vivir en otro lado. Mejor si es en otro país. No importa que en el lugar en donde estés, seas un pobre infeliz.
Cuántas veces no habrán leído titulares de este tipo: “Santiagueño cuenta su experiencia en Alemania”, o bien, “Santiagueño se dedica a la fotografía en México”.
El mejor descubrimiento para un periodista de Santiago es encontrar a un comprovinciano perdido en el extranjero. Con eso ya tiene asegurado un buen espacio en una página importante. Cuando se le propone la nota al jefe de redacción, éste contesta: “claro, hacela, la ponemos en tapa”. Y como dije antes, lo que menos importa es la actividad que esa persona realice. Puede ser sólo un barrendero o un lustrabotas. Pero claro, está fuera de la provincia, entonces, merece aunque sea una paginita. Un razonamiento totalmente estúpido.
Y ya que estamos, sigamos hablando de los periodistas. Hoy tengo ganas de hacerlo. Hay una cosa que les encanta a mis colegas (aunque en verdad, a esta altura me siento cualquier cosa menos un trabajador de prensa), que los pone muy expectantes, que les quita el sueño. Esto pasa cuando se aproxima algún evento especial: por ejemplo, la visita de la presidente de la nación a la provincia, la inauguración de alguna obra importante, un anuncio trascendente en Casa de Gobierno, etc. No es que mis colegas se desesperen por la riqueza periodística que podrían tener las crónicas que escriban sobre estos acontecimientos. No, eso es lo que menos les interesa. Tampoco se preocupan, en estos casos, de reflejar algún detalle que a otros medio se les escapa. No, de ninguna manera. Lo que aquí les interesa a los periodistas es saber si habrá comida antes o después del evento. Se mueren por saber si habrá alguna mesa larga con bebida y morfi para todos.
Por eso, lo primero que hacen al llegar al lugar es preguntar a quien se les cruce: “¿che, hay algo para nosotros?”. El interlocutor interpreta rápidamente la pregunta y le responde por si o por no. Por supuesto, el humor del profesional cambiará por completo si tiene la certeza de que al finalizar su trabajo, podrá llenar abundantemente su insaciable estómago.
Ojo: los periodistas deportivos son peores. Parece que en la carrera no les enseñan las reglas y las tácticas de las distintas disciplinas, sino que les dan clases de cómo devorar una mesa de 100 sándwiches en escasos minutos. Si alguna de las instituciones deportivas está en crisis económica se debe, precisamente, al agujero que se les produjo en las cuentas cada vez que cometieron el error de hacer un lunch para la prensa.
Ni les cuento lo que pasa en las cenas de fin de año, esas que se ofrecen especialmente para los periodistas. Hay cosas que ponen ansiosos a los muchachos, pero nada como la comilona que se les regala en el mes de diciembre. Ir a esta cena es para ellos como asistir a una orgía con las mejores modelos. Nada los entusiasma más que la llegada de este bendito día. Si les dieran a elegir entre hacerle una entrevista exclusiva a Néstor Kirchner o asistir a esta cena, estoy seguro que ninguno dudaría: la comida está primero, responderían.
Quiero decirle algo a las nuevas generaciones de periodistas: sépanlo bien, lo que distingue a un periodista novato de un periodista con trayectoria, no es la cantidad de investigaciones o entrevistas realizadas, sino los kilos y los litros ingeridos gratuitamente a lo largo de la carrera. Hasta la próxima.

viernes, 3 de abril de 2009

Alfonsín y Caparrós- Esteban b.

Estaba incómodo. No me gustaba, me ponía nervioso la catarata de halagos al dr. Raúl Alfonísn. Alguien que no fuera argentino y no supiera nada de lo que pasó en su presidencia, habría pensado que su gestiíon estuvo signada por los grandes apoyos que le dieron todos los que hoy lo alaban. Pero nada fue así, si mal no recuerdo.
Lo más curioso es que nos quejamos de que nuestra historía está plagada de próceres inmaculados (San Martín y Belgrano por ejemplo), que los hacen inaccesibles, que los "deshumanizan", y resulta que con Alfonsín estamos haciendo exactamente lo mismo: estamos empezando la construcción de una nueva figura heroica a la cual venerar.
Además, lo confieso: no me gustan las adulaciones a los muertos. Mi alter ego, Tomatis, diría lo siguiente: "el día que me muera, por favor, pongan en mi tumba: aquí yace un hijo de puta".
Como me sentía muy incómodo con la sarta de elogios, me encantó la nota de Martín Caparros: Ser Alfonsín. Por favor léanla, no pases nunca más por este blog si no quieren, pero lean esta columna.

martes, 31 de marzo de 2009

Maestro- Esteban b.


Si al entrar en la carrera de historia uno no sabe quién es Eric Hobsbawm, rápidamente este nombre se vuelve familiar. Alguien dijo que es "el historiador vivo más conocido del mundo". Sus cuatro tomos que abarcan el periodo 1789-1989 son casi una Biblia para estudiar la era contemporánea.
El viejo tiene más de 90 años y todavía sigue opinando de lo que pasa en el mundo. Cuando ocurrieron los atentados del 11 de septiembre, el tipo estaba internado en un sanatorio. Pero eso no fue motivo para que no interviniera en el debate público acerca de este suceso que conmocionó al mundo.
El domingo pasado, Pagina 12 publicó una entrevista a Hobsbawm. Aunque no dice nada que no se haya dicho ya, siempre es interesante escucharlo y leerlo, por lo menos para mí, que tuve que repetir su apellido un montón de veces en los exámenes que dí.
Y ya que estamos, recomiendo la lectura de su "Historia del siglo XX". Imperdible.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Gracias por existir- Esteban b.


Los domingos suelo hacer lo siguiente: veo on line todos los titulares de los diarios, y si en algunos de ellos hay más de cinco notas que me interesen, a la tarde voy al kiosco y lo compro. Eso mismo hice el último domingo y decidí comprar Perfil (me gusta su suplmento cultural, especialmente las columnas de Damián Tabarovsky.
Hojeándolo, encontré una entrevista de Magdalena Ruiz Guiñazú al periodista estrella de La Nación, Joaquín Morales Solá. Transcribo el primer párrrafo del reportaje: "De pensamiento ágil y fecundo, siempre muy atento al sentido de las palabras y con una notable intuición política, Joaquín Morales Solá es alguien sin quien sería imposible analizar la realidad nacional".
¿No se te fue la mano Magdalena? ¿No es una exageración grosera decir que sin el pelado sería "imposible analizar la realidad nacional"? Entonces, quienes intentamos comprender lo que pasa en la Argentina, ¿tenemos que agradecerle al padre Joaquín por ilustrarnos domingo a domingo con sus columnas de La Nación?
Sé que la hipérbole es un recurso que se puede utilizar en una nota, pero sinceramente, el uso que Magdalena le dio me parece pésimo.

martes, 10 de marzo de 2009

Cansado de mi- Esteban b.

Mi ultima actualización marca una fecha lejana: 31 de enero de 2009. Nunca estuve tanto tiempo sin publicar algo en este espacio. Encima, en ese post, prometía algun reporte desde EEUU que nunca escribí. Tal vez porque no tenía ganas, tal vez porque no tenía nada importante para decir.
Ahora que estoy de vuelta, estoy un poco cansado de escucharme. Todo el que me ve me pregunta: ¿y? ¿qué tal te fue? Yo respondo: "muy bien". Pero mi interlocutor se queda esperando más. Entonces, tengo que empezar: que Nueva York no me impactó, que Washington me encantó, que en Filadelfia me hubiera quedado a vivir, que los tejanos son tal como aparecen en las películas, que la comida es una mierda, que las mujeres tienen culos caidos, que la noche de Austin es bastante interesante, que pude entrar al Pentágono, que los latinos están a punto de conquistar el gran imperio, que la obamamanía es verdad, que me cagué de frío (pero me gustó), que no vale la pena ir a las ruinas del world trade center, que las pizzas de Las Cuartetas son mejores que las de Nueva York, etc, etc.
Y ahora, doy por finalizado este post porque una amiga me dice por msj de texto: "dale, contame ya cómo te fue". Entonces, tengo que empezar....

viernes, 30 de enero de 2009

Traslado de sede- Esteban b.


La redacción de este blog informa que se trasladará más o menos por un mes al suelo de la obamamanía. No sabemos si podremos reportar algo interesante desde allá. Es decir, suponemos que habrá muchas cosas interesante (estaremos en Austin, Washington, Philadelfia y Nueva York) pero no estamos seguros de nuestra capacidad para transmitirlo con eficacia y buena pluma. Lo que sucede es que no queremos caer en el lugar común de las crónicas de viaje. Al igual que Juan Terranova, no deseamos esto: "No tengo ganas de escribir la típica crónica de viaje: dato objetivo más dato subjetivo más impresión personal más dato histórico más dato político más 'oh, ese hombre hace que baila`".
Sin embargo, la tentación de caer en el lugar común es muy frecuente, por lo que es probable que algún reporte se nos ocurra.
Saludos a todos, especialmente a La Dueña, quien es indudablemente, una de las bloggers más inquietas de Santiago.

viernes, 23 de enero de 2009

Obama no, Obama si- Esteban b.


Al politólogo Atilio Borón no le cayó nada bien la llegada de Barack a la Casa Blanca. En su artículo de Página 12, dice que todo es puro maquillaje. Y dice también que Venezuela y Bolivia son países "mucho más democráticos" que EEUU. Zuazo se sintió desvelada por la nota de su ex profesor,y no tardó en contestarle.

jueves, 22 de enero de 2009

Kirchner, Mussolini, Stalin y las comparaciones impropias-Esteban b.


Una estudiante de abogacía con ganas de sumergirse en el mundo de la investigación, le preguntó a una profesora de Historia Antigua qué tema sería interesante empezar a indagar. Esta profesora, sin inmutarse, le sugirió que preparara un trabajo comparativo entre Néstor Kirchner y Augusto. Alguien me preguntará: ¿Augusto Vandor? Aquel sindicalista que soñaba con un peronismo sin Perón. Pero no, no se trataba de Vandor. Entonces, Augusto Pinochet, me dirán. Tampoco. Esta docente hablaba, en realidad, de Augusto, el emperador de la Roma antigua, aquel que reinó entre el 27 A. de C. y el 14. D. de C. Esta profesora pretendía que esta joven alumna invirtiera tiempo, lectura e ingenio para escribir una ponencia –que tal vez sería presentada en algún congreso o jornada- en la que intentara demostrar que estas dos figuras políticas –separadas por más de dos mil años- pueden ser equiparables. Creo, para la buena salud de las ciencias sociales, que la futura abogada no tomó en cuenta la sugerencia.
Si éste sería un caso aislado, ni siquiera sería digno de mención en ningún lado. Se trataría sólo de una docente sin ganas de pensar. Sin embargo, las comparaciones de este tipo (disparatadas y anacrónicas) se han hecho frecuentes, sobre todo en boca de los representantes de la oposición al gobierno nacional. Y quien más sobresale en este deporte poco feliz es Elisa Carrió.
La máxima dirigente de la Coalición Cívica se pasea por los programas políticos más vistos de la televisión señalando el carácter “fascista” del ex presidente Kirchner, o de los elementos en común que tienen con Ceausescu, el dictador rumano que tuvo que huir junto a su esposa luego del repudio del pueblo. Se la escucha hablar, con un lenguaje mesiánico, del camino que deberían recorrer los argentinos para liberarse de la opresión. En sus analogías aparece el pueblo judío en su marcha hacia el Ghetto de Varsovia, lo que trae inmediatamente la imagen del nazismo como cuadro de fondo.
Pero hubo otro representante de este mismo partido que hizo una apuesta aun más jugada. Se trata del diputado Fernando Iglesias, que semanas atrás publicó un articulo en Crítica de la Argentina en el que comparó lisa y llanamente a Kirchner con Stalin (“El kirchnerismo es una encarnación débil del estalinismo, con su tradicional carga de populismo, nacionalismo e industrialismo” dijo).
¿A qué se debe esta desafortunada manía de elegir a los regímenes más brutales del siglo XX para compararlos con la experiencia argentina actual? ¿Es una cuestión de ignorancia? Tratándose de Carrió, estoy seguro que no es ignorancia. Más allá de muchas críticas que se le pueden hacer, ella es una mujer que de teoría política contemporánea conoce bastante. Sin embargo, a pesar de su erudición, no duda a la hora de mencionar estas inverosímiles comparaciones; porque uno podrá cuestionar a este Gobierno por múltiples razones, pero de ahí a pensar que se trata de una experiencia totalitaria en ciernes, existe un abismo.
El periodo de entreguerras estuvo signado por el hundimiento de la democracia liberal y el nacimiento de dictaduras que derivaron en catástrofes humanitarias. Los campos de concentración y el Holocausto fueron las tal vez, las dos consecuencias más nefastas de estas experiencias. Los nombres de Adolf Hitler, Benito Mussolini y Joseph Stalin aún resuenan cuando asoma el recuerdo de estos años.
Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los polítólogos comenzaron a estudiar con mucha atención los experimentos políticos de entreguerras. Algunos de estos especialistas, dedicaron toda su vida a intentar explicar aquellos regímenes que sembraron muerte y horror.
Verdaderamente, fue grave lo que ocurrió. Uno de los historiadores más importantes del mundo, Eric Hobsbawm denomina al siglo XX como “la era de las catástrofes”; justamente, por lo que representaron para la humanidad regímenes como el nazismo y el fascismo.
Por lo tanto, resulta complicado entender por qué ciertos dirigentes de la Colación Cívica se empeñan en “ilustrarnos” con tristes analogías. Sólo queda la sospecha de que lo hacen para sacar rédito político de la peor manera. Quizá, consideran que de esa forma, pueden llamar la atención de “Doña Rosa”. Sin embargo, cualquiera fueran las intenciones, lo único que logran es banalizar lo que debería ser tratado con responsabilidad y vastos conocimientos. Pero claro, a la hora de captar votos, eso qué importa.

jueves, 15 de enero de 2009

Googlear no es pecado- Esteban b.

En la edición de El Liberal de hoy se publicó una entrevista a la dueña de la librería Hiperión, Patricia Rossi. Gracias a la excelente pericia del periodista que transcribió la nota, descubrí algunas cosas: en primer lugar, que José Pablo Feinmann se llama en realidad, Jorge Feidman; en segundo lugar,que el bien amado Juan José Sebreli se cambió de apellido y pasó a llamarse Juan José Pedrelli; y que la biografía de Hugo Moyano escrita por Delfino y Martín se titula El hombre del camino y no El Hombre del camión. ¿No me creen? Leánla aquí.

p/d: No sé si a veces soy muy mala onda pero che: con menos de un minuto de googleo esos errores no hubieran existido. Ah, y sospecho que hay más erratas de ese tipo en la nota, porque Rossi nombra otros autores que no conozco y quizás también, están escritos como el orto.

¿De qué crisis me hablan?- Tomatis


Llegó la crisis.” Ay, mirá cómo bajan las bolsas”, dice un viejo en el bar que no tiene ni para pagarse un licuado. “Ay, mirá cómo sube el dólar, qué barbaridad”, repite otro que anda por ahí. Ganan la jubilación mínima y se hacen los preocupados por el índice Dow Jones. Boludos.
Pongamos la cosa blanco sobre negro. Está de moda hablar de la crisis. Las viejas conchetas que se juntan los sábados a la mañana a tomar el te, primero se lamentan por la crisis, para luego pasar a contar que ya compraron el pasaje en avión para irse a la Polinesia. “Tenemos que amoldarnos a la crisis” dice alguna, y después confiesa que el día anterior gastó 500 mangos en una pilcha que jamás se pondrá. Manga de caretas.
Tenemos el síndrome de querer pertenecer al primer mundo. No podemos concebir que a nosotros no nos toque lo que les sucede a los yanquis y europeos. “No, cómo puede ser” dicen los ricachones de la Recoleta, los mismos que se recorrieron los cinco continentes durante la década del noventa.
Por esa nuestra presidenta se equivocó feo, muy feo, cuando dijo que estábamos “firmes frente a la marejada”. Ni bien terminó ese discurso los asesores la empezaron a llamar para decirle “no señora presidenta, se equivocó, no debió haber dicho eso jamás”. Obvio. Los tipos sabían que decir que a nosotros no nos tocaría la crisis, era reconocer que estamos en el culo del mundo; eso era aceptar nuestro papel insignificante en las relaciones internaciones, era decir “¿saben qué? No existimos”. Y si algo no vamos a aceptar nunca los argentinos es que estamos en el culo del mundo y que no le importamos a nadie. “No, no somos el culo del mundo, somos el granero del mundo”, aclaran. Estúpidos.
Ahí nomás los súper asesores junto con los ministros, se pusieron a inventar planes, emulando lo que hicieron las grandes potencias. En un ratito, la convencieron a la presidenta de que el quilombo financiero nos tiene que afectar sí o sí, y si no nos toca, tenemos que hacer algo para que nos afecte. Ahí mismo le prepararon nuevos discursos para que Cristinita nos contara que debemos prepararnos para las consecuencias de los vaivenes de las bolsas mundiales, que van a repercutir –“indudablemente”-en nuestros maltratados bolsillos. Listo, ahora ya están todos tranquilos. Somos parte del mundo. Qué bueno.
Lo único que yo sé es que en este fin de año, la crisis no se notó mucho que digamos. Por lo menos en Santiago. Las últimas dos semanas me hincharon las pelotas los miles que salieron al centro a comprar cualquier cosa. La peatonal Tucumán era una caldera. Porque el tema era comprar, no importaba qué. Algunos ni sabían en qué negocio entraban. Se mandaban y cuando la vendedora los atendía, le decían: “deme algo, lo que sea, todavía me quedan 40 pesos en el bolsillo”. La cosa era subir al 115 y 116 tacuchados de paquetes con objetos insignificantes que seguramente nunca serán usados.
Furia gastadora. Frenesí consumista. Colas y colas, bolsas que llevaban a personas (y no al revés), paradas de colectivo atestadas. Gente apurada y alocada; todo en medio de los 45 grados a la sombra. Nada impidió que las huestes santiagueñas se sumaran al virus de fin de año. Ah, y después vino Reyes, como para que todos quedaran bien pero bien secos.
¿Me pueden decir entonces dónde estuvo la crisis a fin de año? Yo la verdad que no la vi. Hasta la próxima.

lunes, 12 de enero de 2009

De nuevo y por última vez, sobre Sebreli- Esteban b.


El compañero Polycarpo(estaba por decir camarada, pero no pega) me pasó una nueva entrevista a jota jota Sebreli. Está aquí.. Y ayer estuve leyendo en Pagina 12, una excelente crítica de su último libro ("Comediantes y Mártires"). Lamentablmente, no puedo encontrar la versión on line. La crítica la escribió Gabriel Lerman en el suplmento Radar Libros y comienza así: "Habría que hacer un esfuerzo de imaginación para pensar el mundo que nos propone Juan José Sebreli, desde un racionalismo de última hora, casi tan irreal o deformante como aquellos argumentos que esgrime para refutar mitos y leyendas populares".

jueves, 8 de enero de 2009

Ay, Sebreli-Esteban b.


Los sábados por la mañana suelo ver en sus respectivas páginas, las tapas de la revista Ñ y del suplmento cultural de La Nación, adncultura. Si hay algún tema que me interese, voy al kiosco (Papilo) por la tarde. El sábado pasado ví que la nota central de adn era una entrevista al raquítico Juan José Sebreli. No sé por qué extraña razón, cada vez que habla o escribe Sebreli, lo escucho o lo leo. Y digo "extraña razón" porque, en pocas palabras, Sebreli me parece un pelotudo (alguien en un blog dijo que Sebreli tiene un "cerebro binario" y está en lo cierto). Siempre repite el mismo discurso: que estamos en la sociedad posindustrial,que en Argentina hace falta un partido de centro-derecha "serio", que el país tuvo tres partidos a lo largo de la historia: radical, peronista y militar. Las mismas pavadas que repitió en una triste conferencia que dio en Santiago hace unos años y que yo, no sé por qué,presencié.
Cada vez sotengo con más convicción que a Sebreli le quedó la fama de los libros que escribió en la década del 60, que dicen que son buenos. Yo no puedo hablar porque no los leí. Si leí otros, mas recientes, y la verdad es que no lo muestran como un tipo brillante.
La cosa es que me puse a leer la entrevista. Sentí una indignación enorme. La declaraciones de este tipo retroceden por lo menos, 50 años. Es un desastre. Pareciera una entrevista a Alberdi en el siglo XIX. Habla de una elite ilustrada que debería educar a las masas, añora el antiperonismo de los intelectuales en los años 50, utiliza el término "cultura" pasándose por el culo todo lo que se escribió en el último medio siglo, etc.
En fin, más vale no seguir. Y espero escarmentar esta vez. Nunca más Sebreli. De todas maneras, aquí dejo el link del reportaje, por si algún/a masoquista pasa por este blog.