viernes, 23 de octubre de 2009

Chicas y perros-Tomatis


“Tomatis ha muerto”, me dicen que es el comentario de la gente en la calle. “Sí, seguro que le habrá dado un paro cardíaco, de tanto renegar”, dicen los lectores. “Bien hecho por hijo de puta”, agrega algún resentido por ahí. “Era un viejo boludo, ni la hija lo va a extrañar” repiten los giles. Nada que ver. Todavía no les voy a dar con el gusto. Hay Tomatis para rato.
Yo les voy a explicar cómo son las cosas. Cuando uno llega a determinada edad, se coloca más allá del bien y del mal. Quiere vivir tranquilo, fumando un cigarro, estirando las patas, tomándose un buen tiempo para entrar al baño, quedándose en la cama después de despertarse. Esas cosas quiero yo. No quiero que me estén apurando con los horarios de cierre de la revista. El llamado del jefe de redacción diciéndome “dale Tomatis, no seas irresponsable, pasame la nota que ya es hora de mandar a la imprenta”, me tenía podrido. Por eso vuelvo cuando es necesario. Hoy por ejemplo.
Las grandes reflexiones se me vienen a la cabeza por la mañana, cuando estoy sentado en el bar, al lado del ventanal, con aliento de recién levantado y tomando un café cargado. Ahí miro la gente que pasa. Y empecé a ver una imagen repetida: minas lindas que llevan perros chiquitos en sus brazos. Son esos perritos horribles, parecidos al de la Susana Gimenez. Pero algunos son más chiquitos todavía, parecen ratas de laboratorio. Encima son malos, odiosos, mal criados.
Ellas no sólo tienen que invertir fangotes de guita en ponerse tetas y culos de plástico (para no hablar de la cirugía de nariz y las extensiones) sino que ahora se suma el importe de esos bichos feos. Y después que los compran, los gastos siguen: les dan el mejor alimento, los llevan al psicólogo y hasta vi la otra vez que se abrió un ¡centro de estética para canes! No les miento. Yo no podía creer.
Los felicito a los que abrieron ese negocio. Se van a hacer millonarios. Las chicas se van a morir por ir para ahí a ver cuán hermosa la dejan a su mascota. El precio del tratamiento no importa, total, el novio-amante- marido garpa. (Ya sé que me van a acusar de machista, diciéndome “nosotras nos pagamos solitas nuestros caprichos”. Mienten. Son feministas cuando les conviene)
No sé si se habrán dado cuenta, pero los maridos de mujeres conchetas que no trabajan cada vez tienen más exigencias. Antes les daban a sus esposas extensiones de las tarjetas de crédito y con eso solucionaban el problema. Pero los perros no se pueden comprar con tarjeta, se los compra de contado. Y para las cirugías hace falta una muy buena obra social que cubra todas las operaciones. Hoy las mujeres les dan valor a sus respectivas obras sociales de acuerdo a la cobertura de cirugías estéticas que tengan. “Mi obra social me cubre todas las operaciones que quiera hacerme”, escucho que dice una mujer, de esas que se sientan en la mesa de los bares los sábados cerca del mediodía. Ojo, no están hablando de operaciones de vesícula o de apéndice. Eso ni les calienta.
Pero volviendo al tema principal, hay una mina que pasa todos los días por mi casa con su perrito en la mano. Es flaca, alta, esbelta, tiene pelo lacio y se pone pantalones ajustados (pero es tan flaca que le bailan los pantalones); va siempre caminando con el mentón bien arriba, lleva lentes oscuros y una actitud de sobradora. Avanza como diciendo: “miren mi perro, estúpidos”. Lo lleva como un trofeo, presume con su animal. Ella cree que todos le envidian. Cuando pasa al lado mío, el perrito me ladra, y su dueña le dice “callate Matías, ya estamos por llegar a casa”. Boluda total.
Hasta la próxima.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Entrevista a Marcos Aguinis- Esteban b.


“Marcos, lo que más admiro de tu libro es la cantidad enorme de puteadas que te mandás sin decir una sola mala palabra”, le dijo un lector a Marcos Aguinis, haciendo referencia a ¡Pobre Patria Mía!, el ultimo y exitoso libro publicado por el escritor cordobés. Aunque mejor sería llamarlo “panfleto”, como el mismo autor señaló en varias oportunidades. Un panfleto escrito con furia y desilusión, en donde abundan las exclamaciones y las preguntas retóricas. Porque Aguinis está “enojado” con el rumbo que tomó la Argentina desde 1930, porque no le gusta para nada el gobierno de los Kirchner, porque está desencantado de la realidad política actual. Será por todo eso que ¡Pobre Patria Mía! vendió más de 100 mil ejemplares, un número totalmente llamativo en el mercado editorial local. Aunque, a decir verdad, Aguinis está acostumbrado a ser best seller.
De visita por Santiago del Estero y después de dar una conferencia organizada por la Fundación Cultural y la Fundación Hamburgo, el autor de “El atroz encanto de ser argentinos” dialogó con el administrador de este blog. La primera pregunta estuvo relacionada con las palabras que Aguinis pronunció en la presentación de un libro (ver recuadro) en donde dijo que los evasores constituyen “una porción sana del país”* (1).

Se difundieron unas declaraciones suyas en las que usted justificaba de alguna manera la evasión fiscal. ¿Podría contextualizar esas declaraciones?
Aguinis: El origen del tributo es de la Prehistoria. Comienza cuando una tribu, un pueblo o un ejército lograba someter a otro pueblo, y entonces le daban la alternativa de ser degollados o pagar un tributo, y eso fue la técnica que usaron los imperios de la antigüedad, los asirios, los babilonios, después Alejandro Magno y posteriormente el Imperio Romano. Los países pagaban tributos que consistían en enviar barcos, alimentos, animales y otros bienes a cambio de que se les permitiera sobrevivir. Cuando un pueblo se rebelaba y dejaba de pagar los tributos, el centro dominador enviaba sus tropas para volver a someterlos. En los evangelios, a los que recaudaban impuestos se los llamaba publicanos, a los cuales Jesús condenaba de una forma muy dura. Uno de ellos fue Mateo, que después se convirtió en uno de los evangelistas. Y los publicanos en el evangelio están señalados como delincuentes, es decir, cobrar impuesto es ser cómplice del victimario que le roba a la víctima. Más adelante, la civilización fue estableciendo otro tipo de relaciones, más igualitaria y respetuosa, que es el precio. El precio significa que se produce un intercambio en base al valor de un producto generado por el trabajo y la inteligencia. Pero más adelante aun, el impuesto comenzó a tener una significación socialmente más ecuánime.
Como es actualmente…
Aguinis: Claro, es el dinero que recauda un centro de la comunidad para distribuirlo a los sectores más pobres y más desposeídos. Pero evidentemente ese centro tiene el deber de explicitar claramente que cumple con su función, como un gerente que debe rendir cuentas sobre el destino de los dineros que él recibe de la producción de esa empresa. Esto se fue distorsionando al extremo de que en la actualidad, el Estado, que es ese gerente, recibe dinero y no rinde cuentas. Entonces, son tributos que se pagan y que tienen la misma característica de los tributos de la época arcaica, en la cual, el que está en poder del Estado maneja estos fondos de forma arbitraria para eternizarse en el poder. O sea, se considera el dueño de estos fondos. Aquí en Argentina nos encontramos con la realidad de que se viola permanentemente el federalismo, que la coparticipación no se cumple en forma debida, y que todo el país manda el producto de su sudor al puerto, como si viviéramos en un régimen unitario, y desde el puerto se le devuelve en cuentagotas según la obsecuencia de intendentes y gobernadores. Esa es una gran distorsión, yo no digo que haya que eliminar los tributos, sino que los tributos tienen que tener un rol de ecuanimidad y de transparencia, que en la Argentina no existe.
Entonces, dadas las circunstancias de la Argentina, ¿usted hace una defensa de la evasión?
Aguinis: Yo no defiendo la evasión. Yo estoy en contra del incremento abusivo y arbitrario de los impuestos que traban la producción y que le hacen mal a toda la nación.
“¡Pobre Patria Mía!” comienza diciendo: “Fuimos ricos, cultos, educados y decentes”. ¿Hoy qué somos?
Aguinis: Hoy somos lo contrario. Cuando yo me refiero a esos rasgos, hablo de tendencias, no hablo de que todo el mundo haya sido trabajador y decente sino que la tendencia era esa. Y gracias a ella la Argentina pudo convertirse en la séptima u octava economía mundial, tener sueldos más altos que Suiza y que Francia, ser el país más culto de América Latina y recibir millones de inmigrantes que venían con la esperanza de una movilización social acelerada, que realmente se dio. Pero posteriormente se fue dando lo contrario, entonces el ascenso que tuvimos nosotros desde 1853 hasta 1930, se convirtió en un descenso que empieza mas o menos en 1930, con un tiempo de incubación previa, y va declinando hasta ahora, con algunos pequeños intervalos de crecimiento. Yo tomo el periodo de Frondizi, como uno de los cortos periodos de crecimiento.
¿A qué atribuye que la mayoría de sus últimos libros sean best seller?
Aguinis: Me parece que lo que el lector ha descubierto en mis libros es que yo digo lo que pienso. Que eso me lleva a ser políticamente incorrecto, a irritar, a ser desagradable a veces. O a entusiasmar también. Argentina es un país que padece tanto el doble discurso, la mentira, la falsedad, el fraude, que los lectores agradecen eso, que el autor les hable con franqueza. Y yo hago esto porque cuando escribo sé que lo hago para compartir ese texto con otra persona. No escribo para mí, escribo para otro. Si son muchos, mejor. Y con esos otros debo compartir lo que yo siento, de lo contrario se me irían las ganas de escribirlo, porque estaría diciendo algo que es falso, y no me entusiasma a mí mismo.
En la revista Primera Plana decían de usted en la década del ochenta: “Aguinis jamás fue propenso a las grandes declaraciones o a lucrar con la literatura, por el contrario, se contrajo para brindar lo mejor de sí”. ¿Por qué cambió el bajo perfil por una exposición más marcada y por declaraciones altisonantes?
Aguinis: Sigo siendo reticente a las declaraciones, y usted ve cómo le escapo a la prensa, lo que pasa es que me persiguen y me presionan de una manera excesiva para que hable y me involucre. Inclusive, fijesé, el grupo Aurora no es un invento mío sino que es un grupo de personas que quieren crear un espacio de reflexión plural, y la prensa me ha tomado a mí como el centro de eso grupo, y yo colaboro pero no soy el centro ni lo quiero ser.
¿Qué lo une con los miembros del grupo Aurora?
Aguinis: Nos une el común anhelo de desarrollar un espacio de pensamiento crítico, pluralista, constructivo, fraterno, que relance la Argentina hacia el camino que la hizo grande, como volver a establecer entre nosotros un nuevo Acuerdo de San Nicolás; volver a ley, volver al respeto hacia todos los sectores de la sociedad y acercar los hombros y los esfuerzos para objetivos que nos conviertan en un país exitoso. Hoy más bien estamos inclinados a seguir las huellas de los países fracasados, de países que van hacia catástrofes, como es el caso de Venezuela, donde hay cada vez mayor limitación a la libertad de prensa, no han desaparecido los pobres pese a la catarata de petrodólares y hay una confrontación y un odio interno peligrosísimo.
Hablando de libertad de prensa, usted ha señalado en varias ocasiones que este Gobierno intenta amordazar al periodismo. Sin embargo, pocas veces se ha visto a una gestión tan criticada como la de los Kirchner. ¿No hay aquí una contradicción?
Aguinis: Las críticas han existido siempre, lo que ocurre es que ningún gobierno ha atacado tanto a la prensa como éste. Yo participé y trabajé con el gobierno de Raúl Alfonsín, y lo criticaban de practicar la democracia pornográfica, de cometer una serie de delitos que fueron falsos. A Carlos Menem se lo criticaba todo el tiempo y se hablaba de la “farandulización” de la política y se hacían burlas de sus cosas, que digamos que no eran infundadas pero las críticas existían. Pero este gobierno comenzó a dar bofetadas contra el periodismo de una manera completamente inédita. Por ejemplo, jamás se había acusado desde la casa de Gobierno a determinados medios de comunicación y a periodistas con nombre y apellido, como la ha hecho Néstor Kirchner. Esto es inédito en toda la historia. Desde el descubrimiento de América hasta ahora, eso jamás ocurrió. De manera que aquí nos encontramos con un gobierno que es demasiado susceptible y crítico contra la prensa, con el propósito de llevarnos poco a poco hacia la solución chavista, que es ponerle una mordaza a los medios de comunicación.
Muchos colegas suyos lo catalogan como un intelectual de derecha. ¿Qué es actualmente la derecha para usted?
Aguinis: En primer lugar, no soy un intelectual de derecha, porque yo defiendo los valores de la izquierda, que nació defendiendo la libertad, la fraternidad, la igualdad de oportunidades, la justicia, la ecuanimidad. La derechización la han cometido una gran cantidad de países y organizaciones que se llaman de izquierda pero que se han vuelto fascistas, que apoyan dictaduras, la intolerancia, la limitación a la entrada y salida de las personas, las persecuciones y la discriminación.
Entonces, ¿cómo se distinguiría hoy la derecha de la izquierda?
Aguinis: Es una división completamente falsa, que ya no se usa en muchos países. Porque en este momento hay una confusión muy grande. Uno no puede decir ya que Stalin ha sido de izquierda, porque era un hombre muy parecido a Mussolini, y genocida como Hitler. ¿El modelo es Stalin? ¿El modelo es Fidel Castro, que durante más de 60 años ha mantenido a Cuba como una gran Alcatraz en el Caribe? Son categorías arcaicas que se siguen usando como palabras mágicas, pero que en realidad no significan nada, simplemente se usan para descalificar a alguien. Yo me encuentro en este momento con que las declaraciones mías y los libros que publico, no son objeto de una refutación racional, no se refuta lo que yo digo, lo que se trata es de descalificarme, y la palabra mas fácil para descalificarme es decir que soy de derecha, con lo cual se quiere expresar: “este es un loco, un reaccionario, alguien que no merece ser ni siquiera escuchado”. El objetivo es provocar una censura, de modo que al usar esa palabra, quien la está usando lo que hace es esquivar la refutación porque no la tiene. Esta técnica la usó muy bien (Joseph) Goebbels, es el maestro en utilizar esa técnica que es descalificar al interlocutor para no tener que refutarlo. El decía que los judíos son una raza inferior, y entonces le preguntaban, ¿pero Einstein es inferior? ¿Freud es inferior? ¿Marx es inferior? Pero eso él no contestaba.

* (1)En la presentación del libro “Tributación y Servidumbre"‏ de Meir Zylberberg, el escritor Marcos Aguinis dijo: “Este libro de Meir tiene un gran coraje, porque él señala que los evasores, en lugar de ser considerados como actualmente los son, unos delincuentes que deben ser perseguidos, castigados, que deben ir a prisión, en realidad, constituyen una suerte de grito de libertad, una porción sana del país que se rebela en contra de esta injusticia tremenda que padecemos los argentinos, como las injusticias tremendas que padecían los pueblos de la antigüedad. Entonces, los evasores constituyen una suerte de millonaria cantidad de ciudadanos que se están defendiendo del enemigo de la sociedad en que se ha convertido el Estado”.

jueves, 6 de agosto de 2009

El periodismo del futuro- Esteban b


-¿Cree que la escritura de no ficción en formato largo va a ser la salvación del periodismo en la era digital?
-No creo que sea "la salvación" del periodismo, pero mi tesis es que en el futuro el periodismo será en extensiones o muy cortas o muy largas. No habrá términos medios. Tienes noticias instantáneas, titulares, información práctica. Y tienes largas explicaciones sobre cómo es el mundo en que vivimos. Artículos o libros.

Me interesan muchísimo las transformaciones que está viviendo el periodismo en la era digital. Para los lectores es el paraíso: la posibilidad de leer los diarios que se nos antoje (provinciales, nacionales e internacionales), posibilidad de tener un medio propio (un blog) y todo lo podemos hacer sentados al frente de una PC. Para los dueños de los medios es un dolor de cabeza: todavía no saben dónde está el negocio.
Por eso me gustó la nota -recomendada por Maxi Tomas- que El Mercurio le hizo a Robert Boynton, autor de un libro que se titula: El nuevo nuevo periodismo. Seguro que me lo compro.

martes, 21 de julio de 2009

Entrevista a Gerardo Zamora- Revista Noticias (28 de julio de 2009)


Abajo transcribimos la nota que salió en Noticias. Lo que está entre paréntesis son acotaciones nuestras. Esta entrevista nos hizo acordar a la que El Liberal publicó hace unos meses. Je je.

Noticias: ¿Cómo era su relación con Julio Alegre?
Zamora: Éramos correligionarios y amigos. Pero como político me siento avergonzado por estos hechos de corrupción. (Claro, recién te enteraste…)
Noticias: ¿No veía su enriquecimiento?
Zamora: La ciudad es autónoma. Nunca antes hubo denuncias. (Ajá, y los reyes magos y Papá Noel existen. Seguí mejor)
Noticias: ¿Usted le bajó el pulgar cuando cobraba vuelo propio?
Zamora: Estas son especulaciones. La gente sabe quiénes somos y cómo vivimos (Exactamente. Lo sabemos muy pero muy bien)
Noticias: Por eso mismo cuesta creer que estuviera al margen al margen del modo de vida de Alegre
Zamora: Bueno, y la prensa, ¿no lo había visto antes? Yo no voy a salir a defender a nadie ante un hecho (No seas vigilante, sabes que a la prensa la tienes amordazada con la publicidad oficial y no se puede publicar nada que te disguste.)
Noticias: Pero apaña a sus ministros cuestionados…
Zamora: No hay funcionarios míos denunciados (Si, seguro, todos son nenes de pecho).
Noticias: Hay denuncias contra José Emilio Neder y Atilio Chara…
Zamora: No, y en las que hubo fuimos sobreseídos (Obvio, si la Justicia está a tu disposición)
Noticias: La familia del nuevo intendente, Hugo Infante, tiene relaciones comerciales con su gobierno
Zamora: Eso es mentira. Infante es una persona muy humilde. De tenerla no sería ilegal, pero no las tiene (No sería ilegal pero tampoco sería ético. Ya empezaste a defenderlo a tu nuevo pollo en la ciudad. Cuidate de que no te traicione este también)
Noticias: Y su hijo es director de área en el Enrese
Zamora: Si existieran estos negocios, el Tribunal de Cuentas ya habría actuado. (Si, de la misma manera que actuó durante los cuatros años que estuvo Alegre).
Noticias: Zavalía y Cavalotti denunciaron que el Tribunal de Cuentas es adicto al gobierno
Zamora: Sí, querida, pero primero vete a ver quiénes son estos personajes, ¡por favor! (Bueno, uno es tu mentor político, el mismo al que lo venerabas hasta hace unos años. ¿O nos equivocamos?)
Noticias: Hay sospechas de sobrefacturación en la terminal de micros
Zamora: No es así. Al contrario: hemos hecho la mejor terminal de Sudamérica con un presupuesto que no llegó a los 50 millones (¿se cuentan las coimas en ese monto?)
Noticias: Y habría pagado el avión de la gobernación dos millones de dólares más de lo que valía…
Zamora: Mentira. El avión se compró por lo que vale: 8 millones de dólares. Y no hay denuncia por eso (Aflojá ya con las mentiras…)
Noticias: Usado, como lo compró usted, valía unos 6 millones de dólares. Y hay una denuncia de Zavalía ante la Auditoria General de la Nación.
Zamora: Yo estoy tranquilo porque corrupción puede haber en todos lados, pero en mi provincia no hay impunidad (jajajajajajajajajajaja, buenísimo el final, mejor que los cuentos de Fontanarrosa, jajajajajaajaja ).

lunes, 20 de julio de 2009

Amigos virtuales- Esteban b.

Falta poco para que termine este día del amigo, que por lo general es un día propicio para caer en todos los lugares comunes habidos y por haber. Pero aprovecho para saludar a mis amigos virtuales, esos que siempre o de vez en cuando pasan por este espacio: La Dueña, Omar, Silvio, Ricardo, Polycarpo, Cielos Mágicos, Ulises,Mónica. Y también por supuesto a los que nunca firmaron o si lo hicieron, prefirieron no dar sus nombres. La verdad es que los blogs brindan un interesante ambito de discusión y de oferta de propuestas alternativas que nos sirven para hacer más soportables estos tiempos de información restringida y censura deliberada.
Gracias a todos y esperemos que mi pereza no permita que esto se corte. Abrazos.

viernes, 17 de julio de 2009

Monólogos de Julito- Tomatis


Julito, quién lo ve y quién lo verá. Tan inocente. No le caigan a él, no sean así. Malos, no le hagan nana.
Ahora es fácil caerle a Julito, ahora que está encerrado, jugando a la generala con el guardia. Ahora es fácil acordarse y reírse de su cara de felicidad, cuando miraba los fuegos de artificio, esos 25 de julio memorables, cuando su sonrisa se extendía hasta las orejas, cuando “la gilada” le decía “grande Julito, sos lo más”, y él respondía “gracias, no es para tanto, el pueblo se lo merece”.
Ahora es fácil burlarse de Julito, ahora que nadie le atiende al celular, ese celular que antes no sonaba, crujía. Ahora es fácil. No sean desagradecidos, acuérdense de los favores recibidos.
En este momento, que estoy en mi casa, sentado, al pedo, con malestar estomacal después de un poderoso locro, imagino a Julito, sentado también, con los diarios cerca, en su lugar de detención, pensando, reflexionando, renegando y diciendo:
“Giles, les hice la Costanera, para que vayan las noches de verano a tomar coca; para que lleven unas conservadoras con cerveza helada, y se peguen una buena macha. Hasta les puse banquitos cómodos, para que vayan con sus parejas (con sus “conejitas” o “conejitos”) a darles unos besitos y meter mano. Bien que les gustaron las palmeritas. Se las puse para que pensaran que estaban en el Caribe, manga de secos, ustedes que no conocían ni Carlos Paz; se podían sacar fotos con las palmeras detrás y después mandarlas a sus amigos para hacerles creer que estuvieron de vacaciones en el exterior. Les iluminé el lugar, para que vayan con sus familias, a cenar al lado del río. ¿No se acuerdan de eso, traidores de mierda?”
“Giles, muertos, secos, les puse colectivos nuevos, para que no andaran más en esas ratoneras latosas, en las que si uno se raspaba al bajar o subir ahí nomás tenía que ir a ponerse la antitetánica en el Regional. Tenían que viajar del Campo Contreras al centro en esos 16 que largaban más humo que una chimenea. Sepan, cuando viajen en los coches nuevos, que yo se los compré. Pero ustedes no valen niaca”.
“Vieron a Miranda, a Mariano Mores, a ¡Diego Torres!, todo gracias a mí, santiagueños matacos, acostumbrados a ver Los Bony, le di caviar, hijo de p…, y ahora me pagan así. Me criticaban porque decían que les pagábamos mucha guita a esos artistas, pero a la hora de ir al Parque Aguirre, todos iban, todos saltaban y todos cantaban… traidores”.
“Qué mierda se creen, ahora me gritan ladrón, bien que les gustaba cuando los aniversarios de Santiago los divertía con los fuegos artificiales. Cada vez que tirábamos esos cohetes sofisticados que en su vida habían visto antes, todos pero todos, como buenos boludos miraban al cielo diciendo ay, mirá qué lindo”.
“¿Qué pensaban? ¿Que les iba a dar colectivos cero kilómetro y yo iba a andar en un Fiat 600? ¿Que les iba a construir semejante costanera y que yo iba a vivir en el Almirante Brown? ¿Que les iba a organizar festejos (circo, circo, circo) durante un mes entero para después irme de vacaciones a Villa la Punta? ¿Por que no comen kilómetros de bosta, ignorantes?”
“Sí viejo, yo quería ir a Punta del Este ¿y qué? Si Tinelli va todos los veranos a Punta, ¿por qué yo no? ¿Van a decir que no lo merecía? Váyanse a la mierda”.
“Santiagueños resentidos, me matan porque contraté a Cuneo Libarona, ¿y qué esperaban? ¿Que utilice para mi defensa a un abogado recién recibido de la UCSE?”. ¿A alguno de esos pelotuditos que estudian derecho porque los papitos los obligan?”

Retumba la voz de Julito, enfadada, con bronca, que reniega de “la gilada”. El guardia lo escucha, y le dice: “Ya está viejo, ya vendrán tiempos mejores”. Julito le hace fuck you, se levanta y se va a dormir.

sábado, 11 de julio de 2009

Libertad de opresión- Esteban b.


Es curioso que el programa periodístico más importante de la televisión santiagueña se llame "Libertad de Opinión". Un amigo proponía cambiar ese nombre y rebautizarlo como "Libertad de Opresión". Creo que sería un cambio muy atinado.
En realidad hay muchas cosas raras en el periodismo local. Las vivo día a día.
Pero volviendo al programa en cuestión, el martes ocurrió algo muy interesante: una discusión entre Rogelio Llapur (¿el periodista más odiado de la provincia? y el peronista Daniel Milki. Véanla, no se la pierdan.
En un momento el gran Rogelio dice la frase clave: "No quiero debatir eso". Hay muchas cosas que en Santiago no se quieren debatir, y la mejor manera que utilizan los medios de comunicación -coaccionados por el gobierno provincial- para cumplir ese cometido es esconder y tapar la realidad. Los diarios y revistas de Santiago se han vuelto espejitos de colores. Pero confío en que la Caja de Pandora de a poco se vaya abriendo. ¿Iluso?