lunes, 4 de agosto de 2008

Todo bien? - Tomatis

El domingo estaba hecho pelota, sentado en el bar de la plaza: el que siempre frecuento por la mañana. Había pasado una noche basura: perdí todas las partidas que jugué en el club, y encima mi ex mujer me amenazó que me va a demandar por no pasarle los 400 pesos al mes que supuestamente, le tengo que dar en concepto de padre de nuestra hija. Aclaro: me casé y me separé tres veces en lo que va de mi vida.
Si tengo que ser sincero diría que todo el día sábado había sido una autentica porquería. Fue uno de esos días en que a uno no le hubiera gustado despertarse, esos días que literalmente no tendrían que existir en el calendario, porque son nefastos, porque cualquier cosa que uno intente hacer le sale para el carajo; porque pareciera que todo el mundo se nos ha puesto en contra. Podría seguir enumerando razones para justificar el por qué de mi pésimo humor el domingo por la mañana.
Entonces, repito, estaba sentado tomando un horrible café, y resulta que pasa uno de esos tipos a los que uno ya ni sabe de donde los conoce, cruza por frente de mi mesa y me dice :”Eh Tomatis,¿ todo bien?” Lo miré con cara de asco, por su estùpida pregunta. El tipo me vio ahí con cara de desvelado, los ojos rojos, la voluntad por el piso y me pregunta: ¿todo bien? Ni me acuerdo lo que le contesté, lo tendría que haber mandado a la mierda, pero creo que no lo hice.
Voy a aprovechar la ocasión para acusar (yo, Tomatis, acuso) a todos los santiagueños que saludan: ¿todo bien? Esa muletilla fea que se nos pegó de los porteños y que no sirve para nada, porque el “¿todo bien?” es un saludo circunstancial e innecesario, lo dicen dos personas cuando se cruzan por la calle, o cuando están en la cola de un banco, o en un bar cualquiera. Lo dicen justamente porque no tienen nada para decirse, pero bastaría con un “hola” y nada más. Pero no, tienen que agregarle el “¿todo bien?” Y lo peor es que la respuesta a la pregunta, es siempre la misma pero sin signo de interrogación. Ilustro la situación: se encuentran dos jóvenes, uno le pregunta “¿todo bien?” Y el otro contesta “todo bien”. Patético.
Empezaron los chicos a decirlo, después siguieron los jóvenes y ahora lo escucho a este tipo de 40 y pico de años decir “¿todo bien?”. No, dejémonos de joder, terminemos con esa tonta imitación de todo lo que dicen en la capital….
Protesto contra el “todo bien”, y voy a iniciar una dura campaña para erradicar ese saludo del hablar del santiagueño. Prometo hacerlo hasta que no quede ni siquiera un adolescente en esta provincia que use esa puerca muletilla para saludar.

1 comentario:

Cielosmagicos dijo...

Hello, todo bien??? Jajaja primero creo que luchar contra estas expresiones que con el paso del tiempo se agudizan y que modifican directamente en nuestro léxico es una misión imposible, persigues una utopía y no esperes que te ayude porque no doy más a vasto con las mías .
Segundo, te doy la razón en cuanto que es fastidioso cuando te saludan con el ¿todo bien? Porque vendría a ser una expresión ilógica en contrariedad a lo que en realidad se busca con la pregunta. Pero lo que más me fastidia es el TODO, porque esa necesidad de absolutizar, la respuesta correcta a esta famosa pregunta siempre seria un gran NO, porque uno nunca tiene todo bien, la vida como bien sabemos esta compuesta del equilibrio de cosas buenas y malas que nos suceden, por lo tanto por el sentido común y la lógica la pregunta esta mal formulada porque la respuesta es y sera la misma siempre.
Me quedo con la frase santiagueña, Como andassssss? Que suena y esta mucho mejor exteriorizada.

Esteban, tomatis o los mil nombres con los que sueles aparecer te dejo besos...