sábado, 20 de septiembre de 2008

Retrato del empleado público- Tomatis


No me gusta ir a ninguna repartición pública. Detesto todo lo que tenga tufillo a burocracia. Odio las colas y las interminables esperas. Cuando veo las imágenes durante las vacaciones de enero, de esa cantidad de autos haciendo fila en la ruta a Mar del Plata, me dan nauseas. Esas no son vacaciones, son en realidad, sesiones de tortura mental. Y cada vez que me despierto sabiendo que debo ir obligadamente a algún ente público, mi humor se vuelve pésimo, más de lo habitual, y con eso ya les estoy diciendo todo. Voy, sabiendo que me encontraré con una variada fauna ineficiente, que disfruta de hacer esperar a la gente decente. ¡Me salió con versito incluido!
La semana pasada tuve que ir. No me quedaba otra. Esa mañana, ni siquiera pude sentarme un rato en el bar, porque me pasé la jornada entera esperando, no se exactamente qué, pero esperando….
A mi me sorprende la capacidad que tienen estas personas, para convertir cualquier trámite pelotudo, en algo demasiado largo y lleno de obstáculos. De verdad, me deja estupefacto. Porque hay cosas que se pueden resolver en menos de 5 minutos, pero ellos, con una habilidad sorprendente, hacen que esos 5 minutos se conviertan en 50 (en el mejor de los casos), casi por arte de magia. ¡Los felicito muchachos, no cualquiera pueda hacer esto… no cualquiera!
Los tipos no pueden concebir que exista algo que se pueda realizar de manera ágil porque su esquema mental no se los permite. Pareciera que antes de entrar allí, hubieran hecho cursos intensivos para complicar hasta el más insignificante asunto.
Siempre me llamó la atención también, la forma de medir el tiempo de muchos empleados públicos. Ellos tienen una particular concepción del paso de las horas. No se llevan del reloj. No, nada que ver. El tiempo de ellos está medido por los mates y los cafecitos. Así como la historia de la humanidad se divide en antes y después de Cristo, la mañana de ellos se divide en antes y después de los mates y los cafés. Tienen en claro por ejemplo, que llegado el mate número decimonoveno, ya está cerca la hora de levantar el culo e irse.
Aparte, no sé si habrán dado cuenta, a ustedes, los lectores les digo, que hay casos de personas que antes de entrar a “trabajar” en algún edificio publico, eran rápidas y eficientes. Hacían su laburo con denuedo y dedicación. Pero en cuanto pisaron el suelo de Rentas, Tribunales o Suelo Urbano, rápidamente la energía se les fue a la mierda. Se transformaron en hombres detestables, soberbios y lerdos.
Hasta he conocido minas que eran hermosas, que estaban siempre arregladas y con pelo bien teñido, pero que ni bien entraron a uno de esos lugares, engordaron, se volvieron fumadoras y pasaron a tener una cara de tuje que ni les cuento.
Habría que publicar un libro de fotografías que se llame “Antología de las caras de culo de los empleados públicos”. Debería hacerse una selección de cien fotos para venderlas en los kioscos. Les aviso que sería extremadamente reñida la elección, porque los caraculicos son los que abundan en las reparticiones.
Por último, quiero decir a los asalariados del estado, que no es que yo tenga mala onda y sea sólo un estúpido protestón. No lo tomen así. Sólo les pido que aflojen con el “alpedismo”, que según mi diccionario, se define como la costumbre de estar al pedo. Háganme caso muchachos/as, no se abusen. Hasta la próxima.

3 comentarios:

La Dueña dijo...

Impecable descripción, sin contar si tienes que seguir un expediente para que se te resuelva algún trámite.
Mi madre por ejemplo, hace 3 años y medio que va todas las semanas al IPVU para que le den el bendita escritura de la casa y a nombre de ella (mi padre murio hace 4 años), primero que tenia que esperar que venga la asistenta social para que verifique que vivia en nuestra casa. Eso pasaron 2 años y medio porque no tenía movilidad...ah! y te comento que vivo a 5 minutos del IPVU. Después el expediente fue y vino quiticientas mil veces al mismo lugar porque según ellos siempre le faltaba algo.

Todavía sigue deambulando, la proxima vamos con el bidón de nafta.

Saludos!

UsuarioAdmin dijo...

Párrafo aparte para marcar el truco de "se cayó el sistema". Fui testigo una vez que la caida del sistema correspondia simplemente a encender el monitor....cabeza cuadrada

(ojo, te lo dice un empleado publico)

Tomatis dijo...

Piñatero: no le pases la direccion del blog a tus compañeros porque voy a sufrir un linchamiento!!!Qué bueno que seas empleado público y no te hayas enojado. Ah, y la dueña sigue siendo un misterio para mi.Sòlo conozco sus piernas. Saludos para ambos