miércoles, 10 de septiembre de 2008

La importancia de llamarse Felipe-Esteban b.


Solá estuvo de paso por Santiago. Le hice una entrevista para un medio local. En los reportajes uno se encuentra con muchísimos personajes. La verdad es que las entrevistas son una manera estupenda de conocer la diversidad humana. Están los hediondos, los parcos, los cordiales, los piolas, los pelotudos.
Solá me cayó bien. En realidad, ya lo venìa escuchando desde los meses hartantes del largo round entre campo y Gobierno. Cada vez que aparecía en un programa me detenìa a escucharlo, y siempre decía cosas interesantes, lo cual no es una virtud menor.
Me quedó la sensación de que Solá es un tipo ideal para tomar un café o para comer un asado. No es que me haya entusiasmado tanto el tipo como para pensar que en el futuro podría ser una buena alternativa electoral para la Argentina; pero confieso que a partir de ahora voy a estar más atento a cada uno de sus pasos en el resbaladizo terreno de la política vernácula.
Para terminar, dejo el último fragmento de la nota, que termina con una ironía del entrevistado:
¿Cómo se ubica hoy políticamente? Porque no se puede decir que sea un oficialista, pero tampoco le cabe el calificativo de opositor
Solá: Yo tengo una actitud de independencia crítica; soy peronista pero con independencia. Me veo cómodo en la medida en que pueda polemizar y aportar. Está superada una etapa de una verticalidad fuerte, que representaba Kirchner, en el que cualquier tipo de actitud diferente era-o en algunos casos es aún- tomada como una objeción a la conducción de Kirchner. Hoy tengo una posición de alejamiento del gobierno que yo no busqué. Me hubiera gustado que no ocurriera, pero la acepto como tal.
Claro, pero lo que se percibe es que usted camina por una línea muy fina…
Sola: Yo siempre fui fino (risas).

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